Era la tarde del 6 de abril del 2023, trabajaba en la argumentación y justificación de la beca ante el Ministerio de Cultura, sobre la obra de Alejandro Cock-Peláez, mi hijo. En el escritorio tenía materiales, fotos, revistas, libros, que me serian de ayuda en el trabajo. Esta labor la realizaba en el cuarto de mi hijo Simón, sobre su escritorio tiene una foto suya de cuando era niño, colgada en la pared.
De pronto siento que se está moviendo rítmicamente el cuadro frente a mí, miro a la ventana para ver si hay viento, está cerrada. Siento la presencia de mi hijo Alejandro fallecido que está allí. Mentalmente pegunto: "hijo, Alejo ¿estás aquí?". Me responde con un movimiento acelerado del cuadro. ¿Es esto realidad o fantasía? Me paro de la silla y llamo a mi esposo que está cerca; él mira, ve el cuadro en movimiento, busca corrientes de viento en la ventana, va hacia la puerta, el corredor y no encuentra respuesta física que explique esta situación.
Decidimos llamar a Simón, que es ingeniero físico, queríamos saber su opinión (el cuadro seguía en movimiento más lento), miró, movió el escritorio, el computador, los libros y documentos y nos dice: "No encuentro explicación racional a este hecho extraño".
Esta situación se ha repetido de abril a septiembre del 2023, en cinco oportunidades. ¿Qué hay en común?, lo pienso y coincide con una toma de decisión para un tema del que no soy experta, en esta situación siempre pensaba: "¿Qué pensaría mi hijo?", creo que el enfoque debe de ir por aquí y la respuesta llegaba con el movimiento del cuadro. Por el desconcierto y miedo, me demoré en entender la aprobación de mi hijo al trabajo y orientación dada a su obra.
El colibrí “En algunas creencias espirituales se considera que son mensajeros del más allá.
Se cree que estos seres traen consigo la presencia de seres queridos fallecidos o guías que
Desean transmitir un mensaje o brindar protección.”
Desde que murió mi hijo Alejandro, siempre me acompaña en mi jardín un colibrí, yo siento que es él. Sin embargo fue tan contundente este hecho que les voy a compartir la historia.
La recopilación, organización y sistematización de la obra de Alejandro Peláez, fue ganadora de dos becas del ministerio de Cultura, denominada "Beca de Gestión del Patrimonio Audiovisual Colombiano de la Convocatoria de Estímulos", me voy a referir a la convocatoria del 2021. La segunda beca, "Archivo Audiovisual del documentalista y maestro Alejandro Cock Peláez. Etapa ll. Oro Verde, de experiencia exitosa local, a referente internacional", esta beca hizo énfasis en el trabajo social y de participación comunitaria con apuestas al medio ambiente, minería no contaminante, reforestación y una propuesta integral de trabajo, denominada "Oro Verde", actividades sustentadas y apoyadas en investigación, documentales y fotografía sobre el Choco y las comunidades que participaron en la propuesta con la fundación Amigos del Chocó, de la cual él hizo parte desde la edad de 20 años. Todo el proceso se da en época de pandemia del COVID.
En este contexto, la Universidad Tecnológica del Chocó, cumple 50 años de vida académica y nos invita a presentar el trabajo de Alejandro, con la siguiente programación:
Conversatorio, "RECUPERACÓN DE LA MEMORIA, factor de identidad y cambio”.
Presentación del libro de Alejandro "Retóricas del cine de no ficción en la era de la posverdad".
Presentación del documental "Oro Verde".
Inauguración de la exposición fotográfica de Alejandro en el Chocó.
El equipo de trabajo que me acompañó en la investigación viajó a Quibdó y yo estaría acompañando y participando como ponente en toda la programación, de manera virtual, por razones de salud, que no me permitieron viajar.
Me dispuse con el computador y las presentaciones preparadas a iniciar mi intervención, cuando siento un colibrí que entra a mi oficina, vuela alrededor mío y se posa en el piso. Yo no salía de mi asombro. Estuvo quieto en el piso (nunca lo había visto así) lo conocía siempre volando. Olvidé su presencia y me concentré en dar los agradecimientos al Gobernador, Alcalde, Secretarias, personalidades, Rector, Consejo Académico, docentes, alumnado y la comunidad minera presente.
Después del acto formal, siguió la programación, fue intensa, conmovedores los testimonios y el agradecimiento de las comunidades, con mi hijo.
Ya me había olvidado del colibrí, sentí que alzo su vuelo en el momento de terminar el evento.
"Ni el amor, ni los encuentros verdaderos, ni siquiera los profundos desencuentros, son obra de las casualidades, sino que nos están misteriosamente reservados. ¡Cuántas veces en la vida me ha sorprendido cómo, entre las multitudes de personas que existen en el mundo, nos cruzamos con aquellas que, de alguna manera, poseían las tablas de nuestro destino, como si hubiéramos pertenecido a una misma organización secreta, o a los capítulos de un mismo libro! Nunca supe si se los reconoce porque ya se los buscaba, o se los busca porque ya bordeaban los aledaños de nuestro destino."
Ernesto Sábato en La Resistencia.
Por: Margarita Peláez Mejía.
Estoy escribiendo historias que sean fieles a mis vivencias y memoria. Si iniciamos como observadores de nuestros pensamientos, deseos y acciones, vamos tomando el rol de protagonistas y asumiendo sin dramas, la responsabilidad de lo que nos sucede. Es precisamente en esta fase que aparecen las sincronicidades, que no son más que el estado de coherencia entre lo que dices, piensas, haces y sientes. Esto produce una reacción, una realidad. ¿Cuál? la tuya. Generamos nuestro propio guion de vida.
Se puede hablar de sincronicidad, cuando te suceden acontecimientos que te hacen sentir que estás frente a un milagro, que estás alineado con el universo. El psicoanalista Carl Gustav Jung, profundizó en el tema al afirmar que "ningún acontecimiento es un hecho accidental. Se pregunta: ¿Cómo los seres humanos creamos las conexiones? ¿Cómo nuestro mundo inconsciente se conecta con el mundo consciente?".
Las sincronicidades se caracterizan porque los eventos que se nos presentan, están conectados de manera atípica y producen una profunda experiencia emocional. Estas son experiencias de alto valor simbólico, eventos psíquicos como un sueño, una visión, un encuentro significativo e inolvidable, una premonición, un presentimiento. ¿Cómo se logra tener estas experiencias? En mi caso, creo que se debe a tener una mente y actitud abierta frente a la vida, un dejar fluir el día a día con sus posibilidades, ser receptivo a cada hecho y acontecimiento, ver una oportunidad de aprendizaje en los sucesos cotidianos, dejar fluir lo que vaya pasando. ¡¡¡Estar en el presente.!!!
Así nos ponemos de cara a la "magia", "milagro" de estar vivos y ver las sincronicidades cada día sucediendo: en un encuentro casual con una persona que te trajo la respuesta que necesitabas para resolver un problema que traes hace tiempos. O encontrar un libro que te da luz y explicación para enfrentar una situación que te perturba, o tener un sueño premonitorio, presencia de objetos que se mueven, desaparecen y cambian de lugar, o estar viendo el mismo número en reiteradas ocasiones. La presencia de símbolos de manera casual y repetitiva, de animales que se te presentan de manera intempestiva, ante dudas que necesitas resolver. Son recordatorios de que estás en el camino correcto.
Escribir sobre las sincronicidades vividas, me está sirviendo para ver los patrones, señales y protección que he tenido a través del tiempo, y poder avanzar con más seguridad y claridad para abrazar lo desconocido, la incertidumbre que da "cuestionar la realidad" y asumir el poder de moldear y crear nuestra propio camino.
"Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado. Está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos".
BUDA
Me encontraba preocupada por no tener clara una decisión a seguir, llevaba días dándole vueltas al asunto, argumentando a favor y en contra, buscando alternativas de manera inútil, siempre volviendo al punto de partida.
Me levanté deseosa de dar por terminada esta situación, miré al cielo y pedí una manifestación para saber que el SÍ, era el camino. Casi de inmediato llegaron a mi patio dos Caciques Candela, hermosos pájaros de color negro, combinado con un fuerte color rojo en su plumaje. Estos pájaros me visitaban por primera vez; no salía de mi sorpresa, extrañamiento y alegría en verlos cuando fueron llegando de uno en uno, diez bellos pájaros. En ese momento sentí que me llegaba la respuesta, no una, sino 10 veces ratificada.
Tome la decisión, dije sí y fue lo más acertado.
¿Es la ley de atracción, que dice que al centrar tus pensamientos y pasarlos por el corazón, el universo te responde? Sé que esta ley es del campo de la espiritualidad, dice que atraemos todo aquello que proyectamos. Según esta teoría, nosotros mismos construimos nuestra realidad, con nuestros pensamientos, emociones, palabras y hechos. Esta teoría nos dice además que somos energía y como tal, atraemos a nuestro campo, frecuencias que estén en la misma longitud de onda; esto lo llaman campo cuántico.
Siempre que salíamos de la Universidad Pontificia Bolivariana - UPB, que quedaba en la calle La Playa, en el centro de la ciudad de Medellín, y bajábamos hasta el cruce con Junín, lugar de encuentros y paseo juvenil; nos deteníamos como en un ritual, a saludar y escuchar al "Compae Mochila" como le decíamos. Escuchar su flauta de caña y sus gaitas que él fabricaba y vendía y sus animadas melodías de música parrandera, era el pronóstico de una tarde feliz.
Era un Maestro, aunque como cualquier desplazado estuviera descalzo, siempre con su mochila llena de sus flautas para la venta y su inseparable sombrero vueltiao. Obligaba con su maestría, a detenernos para escucharlo, disfrutar y si teníamos dinero le comprábamos una flauta. Era un gran compositor de la música que ha hecho bailar y contribuir a la identidad nacional como: El Año Viejo, La Múcura, La Banda Borracha, entre otras.
Se vino a Medellín porque en esta ciudad estaban las disqueras que podían grabar su música y composiciones. Un hombre que caminaba descalzo "para sentir mejor el contacto con la madre tierra", decía él con una risa espontánea. Con su apariencia de campesino costeño pobre, nunca fue atendido y sí ignorado por las disqueras locales pero su música y composiciones fueron interpretadas por grandes orquestas como La Sonora Matancera, La Orquesta de Lucho Bermúdez, Los Famosos Panchos. ¿Qué pasó con sus derechos de autor?, él decía que se los habían robado.
Recuerdo que una tarde lo invitamos a tocar su flauta en mi apartamento, hicimos "vaca" para pagarle y comprar unas cervezas y gaseosas. Nuestro grupo de amigos, la mayoría de teatro, admiraban y respetaban al maestro. En su humildad, se ubicaba en el piso en Junín, o en una banca en el Parque de Bolívar a tocar, lo acompañaba un letrero "aquí no se pide limosna, se venden flautas a 100 pesos".
Murió a causa de un derrame cerebral. Fue uno de los grandes músicos y compositores colombianos. Aún vive el Compae Mochila en mi recuerdo, con la tristeza, frustración e impotencia que siento de haber sido testiga de una gran injusticia.
Me encanta leer y escribir para convocar mi memoria y la memoria del otro o los otros. La pérdida de mi hijo me llevó a recuperar su historia, su recuerdo… Al evocar la pérdida y el dolor, la escritura me ayudó a entenderme, a reconocer mi fuerza, tristezas, vacío, dolores que sentía y compartía con otras madres. Sentí conexión con el dolor más profundo, saber que no podía abrazar nunca más, ni conversar, mirar en lo profundo de sus ojos, sentir la caricia y tranquilidad dada por la sonrisa permanente y espontánea de Alejo, generada por su espíritu alegre, confiado, creativo, empático y optimista.
Este vacío me llevo a transitar por todo tipo de caminos, para aprender a ser humana y que ningún dolor me fuera ajeno.
Cuando escribo poemas, siento que salen de mi mente las palabras fluyendo a borbotones, se empujan hasta caer en el papel dibujadas. La poesía es la canción del alma, el asombro por descubrir lo vivido, imaginado y sentido.
Hay algo diferente con los cuentos, estos se construyen, se tejen, necesitan tiempos para volver a los escenarios, reconstruir los contextos, sentires… Se observa la narración y los sentimientos, colores, paisajes y personas que hacen parte de lo narrado.
Cuando me dicen quienes leen mi blog que les gusta lo que escribo, me siento como la escritora de novelas románticas en la época de mi juventud, Corín Tellado y se dispara en mi el "síndrome de la impostora". Me pregunto: ¿Tiene sentido para otros seres mis vivencias, sentires y mi historia? Busco lectores críticos, fortalecer mi mirada autocrítica y esta fortaleza como aprendiz de escritora es fundamental. También debo valorar y aprender de los comentarios afectuosos de amigas y amigos que me impulsan y motivan a seguir en la escritura. Recordar para reconstruirme, entender que todo pasa por algo, que se constituye en aprendizaje.
Cuando una se lanza al abismo, el universo tiende una red para que caiga suave. Esto lo sé, lo he aprendido narrando.
con el reino vegetal en perfecta reciprocidad, los seres humanos transitamos a la comprensión de que,
sólo somos una puntada, en la Red de relaciones que constituyen el todo, el Uno, lo que es.
Similar acontece con la lectura que hago sobre el agua y los seres humanos. Las personas somos como un hilo de agua que en su recorrido se va transformando, fluyendo por sitios inesperados donde se aumenta su caudal, para en un meandro, lograr aquietarse en tranquilas y sinuosas quebradas, que desprenden espumas como nubes en el cielo, para entrar luego en raudas corrientes y caer en hermosas cascadas, haciendo giros y remolinos inesperados y mágicos, que invitan a sumergirte;
o como las gotas de lluvia que caen sobre nuestro cuerpo
y con sutileza nos acarician.
Así como los ríos recorren territorios regando cultivos, llevando la vida, calmando la sed, leyendo historias,
guardando memorias de pueblos perdidos, que la perdieron,
y en el silencio escuchan al viento como el mejor consejero que nos dice: “estamos siendo, lo que seremos”.