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abril 21, 2025

Tomar Distancia. 21 de Abril de 2025

Foto: Margarita María Peláez Mejía


Por: Margarita María Peláez M

Se necesita tomar distancia a veces, para ver con claridad,
subir a las montañas y mirar al horizonte,
para ganar perspectiva, para sentir que cada día
es diferente y que no hay dos noches parecidas.

Tomar distancia y darse cuenta del maravilloso bosque
y montaña en donde vivo, allí me cobijan los verdes
y me arrullan los sonidos de la naturaleza, los pájaros e insectos.

Tomar distancia para observarme y contactar conmigo misma,
sentir las raíces profundas que necesito romper,
para dar vuelo a mi sentir, nadar a contracorriente,
en el acompañamiento a los y las soñadoras de otros mundos
posibles, donde encuentre mi fuerza y sentido de vivir.

Tomar distancia para mirar hacia atrás y honrar mi camino.
He descubierto que en todo el recorrido he estado protegida,
me asombro con las SINCRONICIDADES que señalan el rumbo,
y mi intuición ha escuchado.

marzo 16, 2025

Señales que Guían mi Camino. 16 de Marzo de 2025

Foto: Margarita María Peláez Mejía

"Ni el amor, ni los encuentros verdaderos, ni siquiera los profundos desencuentros, son obra de las casualidades, sino que nos están misteriosamente reservados. ¡Cuántas veces en la vida me ha sorprendido cómo, entre las multitudes de personas que existen en el mundo, nos cruzamos con aquellas que, de alguna manera, poseían las tablas de nuestro destino, como si hubiéramos pertenecido a una misma organización secreta, o a los capítulos de un mismo libro! Nunca supe si se los reconoce porque ya se los buscaba, o se los busca porque ya bordeaban los aledaños de nuestro destino."

Ernesto Sábato en La Resistencia.

Por: Margarita Peláez Mejía.


Estoy escribiendo historias que sean fieles a mis vivencias y memoria. Si iniciamos como observadores de nuestros pensamientos, deseos y acciones, vamos tomando el rol de protagonistas y asumiendo sin dramas, la responsabilidad de lo que nos sucede. Es precisamente en esta fase que aparecen las sincronicidades, que no son más que el estado de coherencia entre lo que dices, piensas, haces y sientes. Esto produce una reacción, una realidad. ¿Cuál? la tuya. Generamos nuestro propio guion de vida.

Se puede hablar de sincronicidad, cuando te suceden acontecimientos que te hacen sentir que estás frente a un milagro, que estás alineado con el universo. El psicoanalista Carl Gustav Jung, profundizó en el tema al afirmar que "ningún acontecimiento es un hecho accidental. Se pregunta: ¿Cómo los seres humanos creamos las conexiones? ¿Cómo nuestro mundo inconsciente se conecta con el mundo consciente?".

Las sincronicidades se caracterizan porque los eventos que se nos presentan, están conectados de manera atípica y producen una profunda experiencia emocional. Estas son experiencias de alto valor simbólico, eventos psíquicos como un sueño, una visión, un encuentro significativo e inolvidable, una premonición, un presentimiento. ¿Cómo se logra tener estas experiencias? En mi caso, creo que se debe a tener una mente y actitud abierta frente a la vida, un dejar fluir el día a día con sus posibilidades, ser receptivo a cada hecho y acontecimiento, ver una oportunidad de aprendizaje en los sucesos cotidianos, dejar fluir lo que vaya pasando. ¡¡¡Estar en el presente.!!!

Así nos ponemos de cara a la "magia", "milagro" de estar vivos y ver las sincronicidades cada día sucediendo: en un encuentro casual con una persona que te trajo la respuesta que necesitabas para resolver un problema que traes hace tiempos. O encontrar un libro que te da luz y explicación para enfrentar una situación que te perturba, o tener un sueño premonitorio, presencia de objetos que se mueven, desaparecen y cambian de lugar, o estar viendo el mismo número en reiteradas ocasiones. La presencia de símbolos de manera casual y repetitiva, de animales que se te presentan de manera intempestiva, ante dudas que necesitas resolver. Son recordatorios de que estás en el camino correcto.

Escribir sobre las sincronicidades vividas, me está sirviendo para ver los patrones, señales y protección que he tenido a través del tiempo, y poder avanzar con más seguridad y claridad para abrazar lo desconocido, la incertidumbre que da "cuestionar la realidad" y asumir el poder de moldear y crear nuestra propio camino.

septiembre 19, 2024

Mensajera Fortuita: De Tarso a Barcelona (2001) ¿Causalidad o Casualidad?


Por : Margarita Peláez Mejía.

"El amor a uno mismo es el fundamento
del amor a los demás".
Bert Hellinger.

“Remanso de paz”, así se refería la élite Paisa, cuando hablaba de los municipios del suroeste antioqueño, paradójica afirmación cuando la región aportaba 125.078 víctimas del conflicto armado, desde 1985, lo que correspondía al 33% de la población total del suroeste  que tenía 377.798 habitantes, de acuerdo con las cifras del DANE de ese entonces.

En este año 2001, se recrudecieron las violencias de los grupos paramilitares y las guerrillas en esta región del suroeste. Para entender lo que pasó, hay que remontarnos a la década de los 60 del siglo pasado; en plena bonanza cafetera surgieron movimientos sociales campesinos, estudiantiles y sindicales que fueron canalizados en la década de los 70 y 80 por el movimiento cristiano denominado teología de la liberación. Como fenómeno eclesiástico y político que se vivió en el país y en América Latina.

En el suroeste, varios sacerdotes de este movimiento iniciaron la alfabetización de la población campesina que era mayoritariamente analfabeta, y para esta historia me ubico en uno de sus municipios Tarso. El sacerdote de este municipio, el padre Ignacio Betancur, era un líder social muy apreciado por su comunidad, quien fue asesinado por los paramilitares; este hecho generó violencias, desplazamientos, masacres, tomas guerrilleras y paramilitares que se fueron sucediendo en el tiempo, hasta el año 2001, lo que generó una propuesta de varias organizaciones que pretendía lograr negociar una paz en este municipio. Las organizaciones eran la Universidad de La Paz, de Barcelona, una ONG de Medellín, Conciudadanía, la Universidad de Antioquia (Departamento de Sociología) como garante, y el equipo del gobierno local de Tarso. El proyecto lo financiaba la Universidad de La Paz de la ciudad de Barcelona y necesitaban la firma de las entidades participantes para ser legalizado. Se citaron, pero el gobierno local no pudo salir ese día por la toma guerrillera de ese municipio. Se programó nueva cita en otra fecha, y la Universidad de Antioquia se encontraba en paro y cerrada.

Era el mes de diciembre, yo tenía vacaciones por ser docente de la Universidad de Antioquia, igual sucedía con mi hijo que terminaba su ciclo escolar. Mi esposo se encontraba realizando su doctorado en Barcelona, España. Viajaba con mi hijo para pasar las Navidades en familia.

El departamento de sociología acompañaba el proceso de paz en Tarso, me pidieron el favor de llevar los documentos firmados por la Universidad de Antioquia y la explicación del por qué no se pudieron reunir la ONG, Conciudadanía, el gobierno local de Tarso, la UdeA, y solicitaban ampliar el plazo.

Así inicia otra causalidad: ser mensajera fortuita entre el municipio de Tarso y la Universidad de La Paz.

Llegamos a Barcelona directamente al apartamento donde se alojaba mi esposo en el campus universitario, allí a los docentes que están realizando doctorado, les brindan esa posibilidad, en un campus con restaurantes, teatro, hotel, mercado, oficina de viajes y de turismo, librerías, farmacias, campos deportivos, etc. Al día siguiente decidimos hacer un recorrido por el campus universitario, fuimos visitando uno a uno los edificios de cada área académica, conocimos los servicios existentes y marchábamos entre la población universitaria que transitaba alegre y en grupos por allí; de pronto miro a lo lejos y veo una pareja que se me hizo conocida, de manera espontánea lance un grito, (es la forma que tenemos los humanos de expresar una emoción, en este caso una alegría por la sorpresa del encuentro). Todas las personas que andaban cerca me miraban asustadas ante una reacción poco usual en este medio, mi marido y mi hijo no salían del asombro y pena ajena. Yo supliqué al infinito que me miraran y obtener una respuesta, y no estaba equivocada. Mis amigos respondieron a mi llamado, iniciaron una carrera que yo acompañé para fundirnos en un abrazo solidario. Beatriz y Benjamín de Conciudadanía estaban allí. Las preguntas se cruzaban ¿qué estás haciendo aquí? ¿cuándo llegaste? Fuimos cruzando información, ellos se dirigían a la Universidad de La Paz, allí en el claustro de la Universidad de Barcelona, objetivo de mi tarea pendiente con la Universidad de Antioquia. Decidí acompañarlos. Tuvimos una corta y rápida reunión de presentación y acordamos llevar los documentos y hacer la reunión al día siguiente.

Me reencontré con mi familia para seguir de Tour a la plaza Cataluña, epicentro de la vida social y política de esta ciudad. Nos bajamos del tren e inmediatamente veo en una esquina de la plaza, a un señor con sombrero blanco, sin mediar palabra con mi familia, sin ninguna explicación salí corriendo antes de que se me perdiera. (¿quién era? ¿de nuevo una reacción tan irreflexiva?). Llegué a su lado y tímidamente le pregunté: ¿usted es colombiano?, me dijo sonriendo: "¿claro, se me nota la montañerada?". La primera asustada era yo. Continúe preguntándole con voz entrecortada ¿usted es de Tarso?. Los dos nos miramos asustados y me respondió "sí", ¿por qué me pregunta?". Rápidamente lo puse al tanto, me disculpé y nos pusimos a conversar y lo llevé a integrarnos al paseo con mi familia. Era el alcalde de TARSO, no tenía alojamiento, no sabía cómo llegar a la universidad. Lo próximo, fue regresar con otro integrante necesario para la reunión del día siguiente, ubicarlo en el hotel y darle la hora de nuestra reunión.

Al otro día nos reunimos en un ambiente lleno de las anécdotas que antecedieron a esta reunión tan inusual. Se firmó el acta de compromiso que llevaría al inicio de un proceso de paz en Tarso, que con intermitencias ha dado momentos de paz, y aún continúa en septiembre del 2024 con la esperanza de lograr una Paz total con todos los actores en conflicto en el país. Lo que no se pudo realizar en Medellín, se logró allí en España. ¿Casualidad o causalidad?

Reflexiones Finales
Observar las “causalidades”, como los buscadores solitarios de la lámpara que nos ayude con su luz, a encontrar el camino, como en una carrera de observación buscando las pistas, las respuestas en cada evento y cruce del camino. Acumular información, experiencia, respuestas parciales, para llegar a la respuesta definitiva: SOMOS UNO y traemos unas tareas y aprendizajes para realizar.

Me he dado cuenta que mi mente ha estado en el presente, en el aquí y el ahora, cuando suceden causalidades. Es estar conectada, sentirlo todo: el olor, la luz, los colores, la vegetación, el paso de la gente, su estado de ánimo que genera "un ambiente", una energía especial, recibirla con mis sentidos y conectarme.

Así, reconectada, no sé si la vida es un sueño, ni si sigues un plan inconsciente, si es un viaje en el tiempo. Solo mirando el pasado y revisando momentos recurrentes nos encontramos y contemplamos nuestros dones, que son los de todos y el cielo hacia donde volamos!!!

agosto 03, 2024

Tiempo de viaje ¿o viajando en el tiempo? ¿Causalidad o Casualidad?


Por: Margarita María Peláez Mejía

Disfruto recordar, es una linda manera de revivir, encontrar un pasado vivo con las experiencias sentidas y vividas con intensidad y asombro, que en el presente se valoran y dejan las lecciones para entender la persona que soy hoy.

GRECIA.

En 1980, fui invitada por el gobierno de Israel a participar en un “Curso de Cooperativistas de Colombia”. Había sido una de las fundadoras de la Cooperativa Multiactiva del Barrio San José la Cima, y también una de las fundadoras de la Cooperativa de la Universidad de Antioquia. Viajamos un grupo diverso. Salimos de Bogotá, el itinerario contemplaba llegada a Panamá, para embarcarnos al otro día hacia Holanda (allí nos quedamos dos días), para volar a nuestro destino por 20 días, ISRAEL y alojarnos en TEL AVIV, en el Kibutz de judíos procedentes de Brasil, el Bror chail.

El objetivo del Viaje era hacer un curso de cooperativismo en la HISTADRUT, organización sindicalista solidaria con América Latina. Terminando el curso de Cooperativismo, estaba planeado conocer Egipto y en este país recorrer el Cairo, las pirámides, el Río Nilo, la represa, la gastronomía, los museos y la cultura milenaria de este país.

Continuaré con el viaje a Grecia (objetivo de esta narración), el programa era 3 días en Atenas y un paseo por las Islas Griegas, de 3 días más. Luego seguiríamos a Roma y pasaríamos por PARIS, terminaríamos en Portugal para regresar de nuevo a Colombia. Esta historia la viví allí, en Grecia.

Partimos de Atenas, del Puerto de Pireo, para realizar un crucero a bordo del barco Estrella del Océano. Las islas griegas son uno de los destinos más soñados por los turistas, por quienes aman la historia, la literatura, la filosofía y las bellezas naturales. El mar Egeo y el mar Jónico albergan más de 6.000 islas e islotes rodeadas de aguas azules transparentes y olas que revientan en espuma como copos de nieve, que nos remontan a las gestas, mitos, filosofía e historia del pueblo griego, que sigue viva en el inconsciente colectivo. El objetivo era recorrer varias islas en el barco y bajarnos en las islas de Mikonos y Santorini.

Era mi primer crucero en barco y decidí reservar un camarote individual de primera, que no utilice, el mareo me llevó a conseguir una silla de playa, mirar las estrellas desde la cubierta y dormir allí. Solo fui a cambiarme de ropa para bajar a la isla de Mikonos, una de las de las más visitada de Grecia, por sus aguas turquesas, hermosas playas, animada vida nocturna y diurna con sus bares, restaurantes, comercios y sitios históricos. Fue una fiesta, una delicia, una risa, un disfrute total el mar, bucear y contactar gente del mundo que se comunicaba con la gestualidad y la sonrisa, que es lenguaje universal.

SANTORINI: esta pintoresca y bella isla con sus casas blancas y azules, contrasta con un mar azul intenso y un viento que te acaricia todo el tiempo y te invita a vivir intensamente. Fira, la capital de la isla, invita a recorrer sus calles empedradas, su clásica arquitectura, su glorioso pasado con su espectacular museo y los bellos e inolvidables paisajes del mar Egeo.

Regresamos a Atenas, tuvimos fiesta en Plaka, como despedida de este paseo fantástico. Regresamos al hotel a empacar y madrugar al otro día hacia Roma.

Efectivamente a las 8 a.m. estábamos en el aeropuerto de Atenas listos para embarcar. El coordinador de nuestro grupo, nos pide los pasaportes para agilizar el embarque y cuál no sería mi sorpresa al no encontrarlo con mis tiquetes de vuelo. Inmediatamente decidí ir al hotel, me acompañó una amiga, revisamos todo el cuarto, cajones y nada. La angustia se apodero de mi ser. ¿Qué hacer? Regresamos al aeropuerto y ya estaban embarcando todas las personas del grupo, me miraban, discutían mientras avanzaban hacia el avión. "¿Cómo la vamos a dejar sola?, que se quede un hombre", decían algunas mujeres, era un caos y tuvo que intervenir personal de la aerolínea para agilizar el embarque. Yo los vi despedirse uno a uno al ingresar al avión, cuando cerró las puertas la aeronave e inició el vuelo, entré en pánico. Mi mente pintaba escenarios catastróficos a una velocidad que no conocía. El coordinador antes de partir, me aconsejó dirigirme a la embajada de Colombia en Atenas, allí en la noche él se comunicaría con la embajadora y ya iban a enviar un telegrama para presentarme y pedir que me ayudara en el regreso a Colombia.

No sabía griego, ¿Cómo me haría entender? En esa época no había celulares, ni WhatsApp. Entre en pánico, me senté sobre mi maleta y sentí las lágrimas correr abundantemente por mis mejillas. ¿Cuánto tiempo pasó que estuve inmóvil viendo alejarse el avión y mi seguridad? Caí en el vacío…, de pronto escuché una voz masculina que me hablaba en griego, era un hombre joven que me sonreía y repetía estirándome su mano para presentarse, "ANDRU, ANDRU". Le extendí mi mano y dije Margarita. Hacía movimientos, mostrándome que el avión se había ido y sonreía para tranquilizarme. Me mostró un taxi, me invitó a seguirlo. ¿Qué más podía hacer? Lo vi como mi tabla salvadora e hice lo que me estaba indicando. Me señaló un taxi, me invitó a seguirlo. Dio marcha a su carro y en el trayecto me señaló un hotel, preguntándome por señas en qué hotel me había alojado, saqué la hoja impresa con toda la programación del viaje. Él la miró y nos dirigimos de nuevo al hotel donde había estado la noche anterior, ANDRU explicó la situación y la administradora, junto a un empleado nos llevó al cuarto donde me alojé, se realizó una búsqueda minuciosa con ningún resultado.

Salimos del hotel, y yo dispuesta a hacerme entender para que me llevara a la embajada de Colombia. De nuevo me pidió el Programa del viaje y me hacía señas, que yo no entendía. Siguió manejando y se iba alejando de Atenas. Empezamos a entrar en una zona de astilleros, barcos, embarcaciones, pescadores, una zona deprimida, sucia, caótica, veía trabajadores por todas partes, un gran bullicio y yo sola, con un hombre desconocido. Era un puerto, me fue entrando un miedo desconocido y paralizante, pensaba “nadie sabe dónde estoy, aquí voy a desaparecer, me van a violar y matar, nadie sabrá de mi, una desaparecida más". Empecé a llorar, yo estaba en la parte trasera del carro, mientras ANDRU seguía manejando y alejándonos cada vez más de la ciudad. De pronto él me indica feliz un barco, El Estrella del Océano, parquea, nos bajamos y pregunta por el lugar de objetos perdidos, allí estaba mi pasaporte. Lo tomé en mis manos y aplaudí, gritaba "¡lo tenemos, lo tenemos!". ANDRU, reía feliz.

Regresamos al taxi y la felicidad me invadía, confié en mi nuevo amigo con su sonrisa confiada y solidaridad espontánea. Volvimos al aeropuerto, nos informaron que el próximo vuelo a Roma salía a las nueve de la noche. Pensaba quedarme allí. Él hizo señas que volviéramos al taxi, me inspiraba tranquilidad, lo veía como un amigo guardián. Me dio un paseo por la ciudad de Atenas, su parte antigua, sus barrios y me llevó a un barrio a almorzar, con su familia. No salía de mi asombro al ser acogida con tanta empatía. Recorrí la Atenas que no conoce el turista. Al despedirme de su familia, les compartí parte de los regalos que traía para la mía, no sabía cómo agradecerles, les abracé.

Se fue haciendo de noche, era hora de volver al aeropuerto, él explicó y pude ser ingresada al vuelo de las 9 p.m. Nos despedimos con un fuerte abrazo, yo le quería pagar y no recibió dinero, le di el mejor regalo que traía para mi esposo, intercambiamos direcciones y con tristeza lo vi desaparecer de mi vista.

Ingrese al vuelo, era un chárter de españoles que estarían de paseo en Roma, el español que se escuchaba en las conversaciones, me sonaba a música celestial, era la única pasajera diferente, me preguntaron quién era y el por qué me incluían en el chárter. Me pusieron micrófono y fue la sensación de la noche, reían, se preocupaban con la historia. Al terminar mi relato, por unanimidad, me incluyeron en su primer programa “ ROMA DE NOCHE”, un tour con cena, música, recorrido por la ciudad. Pase feliz, después de la tensión vivida. Me dejaron en el hotel donde estaba todo el resto de la excursión, a las 6 a.m., inmediatamente se regó el cuento que había llegado Margarita, todos mis compañeras y compañeros de viaje salieron a darme la bienvenida. Me pedían que contara cómo había sido esa experiencia, qué era lo que había pasado. Decían que no habían hecho ningún programa en el día, con la preocupación de lo que me podía haber pasado.

Les conté todo el itinerario en la historia vivida en Atenas, el rescate del pasaporte y la bendición de haber encontrado a ANDRU, y como logré vuelo en un chárter con un grupo de españoles, sin contar el Tour de noche, sentí tristeza que mientras ellos no habían hecho ningún programa, yo había conocido la Atenas que ellos no habían conocido y el tour “Roma de noche”. Era extraño decirles que en medio de las dificultades, la vida te sorprende. Esa noche repetí con mis amigos el Tour Roma de noche en silencio y sintiéndome feliz.

Hoy al recordar este viaje, pienso que la vida se vive y se recuerda con la memoria, la voz y la escritura. Traer a la mente los inolvidables encuentros en los viajes con seres diversos en culturas, territorios, edades e historias, que te conmovieron el alma y te llenaron la vida de inspiración para continuar con asombro y gratitud el camino de la vida, es un regalo que me permitió reconectar con lo que me ha traído alegría, paz, amor, empatía, relaciones equilibradas, intercambios armónicos. Un viaje a mi interior.

julio 13, 2024

El Triunfo de Colombia sobre Uruguay ¿Causalidad o Casualidad?


Por: Margarita María Peláez Mejía

Estamos en la final de la Copa América, julio 2024. En medio de la tensión generada por el partido, está la esperanza de un pueblo que solo logra con su equipo de fútbol, sentir orgullo, solidaridad, cantar al unísono, vibrar con los colores de la bandera; así se manifiesta la identidad de un pueblo bellamente diverso. Este ambiente se vivía en mi hogar, como en toda Colombia.

No soy hincha y permanecía a distancia leyendo una novela histórica. Cada que la emoción se desbordaba en gritos de alegría, desconcierto, frustración y miedo a un gol del equipo contrario, acudía a solidarizarme con mi familia y a enterarme del origen de sus emociones.

Seguía inmersa en la lectura y de manera inexplicable sentí que debía incluirme en el grupo, llevé silla y una copa de vino que me acompañaba, y les dije: "Vine a ver el gol y celebrar con ustedes", me senté y se dio el GOL !!!. Tres minutos estuve viendo la pantalla y disfrutando el desborde de alegría colectiva. Volví a mi libro, retirándome a la biblioteca. HOY me pregunto, ¿¿¿CAUSALIDAD???

Protagonista de Mi Propia Historia ¿Causalidad o Casualidad?

 

Por: Margarita Peláez Mejía

Ocurrió un día de julio del 2024. Salía del centro comercial Pinar del Río en el Poblado en Medellín, iba manejando y entró una llamada: buen día, ¿habla la maestra Margarita Pélaez?, respondí que sí, continuó la voz felicitándome e informándome que fui ganadora en la convocatoria Trayectorias del Ministerio de Cultura en la categoría Investigación y Aporte a los Derechos de las Mujeres. Continúa diciendo que se presentaron 1.886 postulados entre mujeres y hombres. En mi área de investigación, se postularon 442 y me informaba que había sido la ganadora. No salía de mi asombro y sólo alcancé a decir: ¡gracias, gracias!. Continuó informándome sobre los requisitos y documentos para reclamar el premio, a duras penas yo le escuchaba de manera mecánica.

Me invadió un silencio profundo, sin pensamientos, ni sentires. Era el vacío!!!

Manejaba en automático, bajaba por la calle 10 del barrio el Poblado en Medellín, a los siete minutos entra otra llamada. "La llamamos de La Unión Hispanomundial de Escritores UHE, en su XXXll aniversario para informarle que se le le confiere el Premio Mundial Águila de Oro 2024 en la modalidad Excelencia en Defensa de los Derechos Humanos".

No salía de mi asombro, no entendía, ¿me están haciendo una broma?, ¿esto es real?, ¿me están hackeando? Me empezaron a rodar lágrimas por las mejillas, alcancé a decir: estoy manejando, ¿me permite me parqueo para recibir la noticia? (hablaba entrecortadamente y con sollozos), paré la marcha del carro y las lágrimas me desbordaron. La persona que llamaba entendió, se despidió con un ¡felicitaciones maestra!

En medio del asombro pensé: la vida puede ser desierto y oasis. Un día me convierto en protagonista de mi propia historia, con las palabras escritas y habladas, con investigaciones académicas que inspiraron la solidaridad, empatía y deseos de hacer posible y real, la consigna del movimiento social de mujeres "POR UN HOGAR, CIUDAD, PAÍS Y PLANETA, LIBRE DE MIEDOS, GUERRAS Y VIOLENCIAS". Como mujer,  madre, compañera, amiga, docente, feminista y artista, celebro la vida con las mujeres y hombres que han acompañado mi caminar, que es el suyo, les doy los agradecimientos. Yo tuve la pluma para narrar los sueños colectivos, di la puntada en el inmenso y colorido tejido de la urdimbre de la vida.

Continuaba tratando de entender este hecho tan maravilloso y me decía para tranquilizarme y procesar lo que estaba viviendo: "escribo por la magia y deseos de encontrarme a mí misma, rompiendo la rutina de cada día. No es fácil escribir y no sé si lo hago bien, lo que sí es cierto es el disfrute y la novedad que encuentro en el narrar". Para darme tranquilidad me dije: "he sembrado semillas de optimismo, plantas de paz, justicia, equidad, solidaridad". Como mantra repetía: “que mis palabras broten como bellas, diversas y coloridas flores plenas de bella esperanza en el renacer de una nueva humanidad". Tome fuerza, me tranquilicé, prendí el motor del carro y regresé a la realidad.