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marzo 31, 2025

Un Mensaje del Más Allá. 31 de Marzo de 2025

Foto: Margarita María Peláez Mejía

Por: Margarita María Peláez Mejía

Era la tarde del 6 de abril del 2023, trabajaba en la argumentación y justificación de la beca ante el Ministerio de Cultura, sobre la obra de Alejandro Cock-Peláez, mi hijo. En el escritorio tenía materiales, fotos, revistas, libros, que me serian de ayuda en el trabajo. Esta labor la realizaba en el cuarto de mi hijo Simón, sobre su escritorio tiene una foto suya de cuando era niño, colgada en la pared.

De pronto siento que se está moviendo rítmicamente el cuadro frente a mí, miro a la ventana para ver si hay viento, está cerrada. Siento la presencia de mi hijo Alejandro fallecido que está allí. Mentalmente pegunto: "hijo, Alejo ¿estás aquí?". Me responde con un movimiento acelerado del cuadro. ¿Es esto realidad o fantasía? Me paro de la silla y llamo a mi esposo que está cerca; él mira, ve el cuadro en movimiento, busca corrientes de viento en la ventana, va hacia la puerta, el corredor y no encuentra respuesta física que explique esta situación.

Decidimos llamar a Simón, que es ingeniero físico, queríamos saber su opinión (el cuadro seguía en movimiento más lento), miró, movió el escritorio, el computador, los libros y documentos y nos dice: "No encuentro explicación racional a este hecho extraño".

Esta situación se ha repetido de abril a septiembre del 2023, en cinco oportunidades. ¿Qué hay en común?, lo pienso y coincide con una toma de decisión para un tema del que no soy experta, en esta situación siempre pensaba: "¿Qué pensaría mi hijo?", creo que el enfoque debe de ir por aquí y la respuesta llegaba con el movimiento del cuadro. Por el desconcierto y miedo, me demoré en entender la aprobación de mi hijo al trabajo y orientación dada a su obra.

Un Mensajero del Más Allá. 31 de Marzo de 2025



Por: Margarita María Peláez Mejía

El colibrí “En algunas creencias espirituales se considera que son mensajeros del más allá. Se cree que estos seres traen consigo la presencia de seres queridos fallecidos o guías que Desean transmitir un mensaje o brindar protección.”


Desde que murió mi hijo Alejandro, siempre me acompaña en mi jardín un colibrí, yo siento que es él. Sin embargo, fue tan contundente este hecho que les voy a compartir la historia.

La recopilación, organización y sistematización de la obra de Alejandro Peláez, fue ganadora de dos becas del ministerio de Cultura, denominada "Beca de Gestión del Patrimonio Audiovisual Colombiano de la Convocatoria de Estímulos". Me voy a referir a la convocatoria del 2021. La segunda beca, "Archivo Audiovisual del documentalista y maestro Alejandro Cock Peláez". Etapa ll. "Oro Verde, de experiencia exitosa local, a referente internacional", esta beca hizo énfasis en el trabajo social y de participación comunitaria con apuestas al medio ambiente, minería no contaminante, reforestación y una propuesta integral de trabajo, denominada "Oro Verde", actividades sustentadas y apoyadas en investigación, documentales y fotografía sobre el Choco y las comunidades que participaron en la propuesta con la fundación Amigos del Chocó, de la cual él hizo parte desde la edad de 20 años. Todo el proceso se da en época de pandemia del COVID.

En este contexto, la Universidad Tecnológica del Chocó, cumple 50 años de vida académica y nos invita a presentar el trabajo de Alejandro, con la siguiente programación:
  • Conversatorio, "RECUPERACÓN DE LA MEMORIA, factor de identidad y cambio”.
  • Presentación del libro de Alejandro "Retóricas del cine de no ficción en la era de la posverdad".
  • Presentación del documental "Oro Verde".
  • Inauguración de la exposición fotográfica de Alejandro en el Chocó.

El equipo de trabajo que me acompañó en la investigación viajó a Quibdó y yo estaría acompañando y participando como ponente en toda la programación, de manera virtual, por razones de salud, que no me permitieron viajar.

Me dispuse con el computador y las presentaciones preparadas a iniciar mi intervención, cuando siento un colibrí que entra a mi oficina, vuela alrededor mío y se posa en el piso. Yo no salía de mi asombro. Estuvo quieto en el piso (nunca lo había visto así) lo conocía siempre volando. Olvidé su presencia y me concentré en dar los agradecimientos al Gobernador, Alcalde, Secretarias, personalidades, Rector, Consejo Académico, docentes, alumnado y la comunidad minera presente.

Después del acto formal, siguió la programación, fue intensa, conmovedores los testimonios y el agradecimiento de las comunidades, con mi hijo.

Ya me había olvidado del colibrí, sentí que alzo su vuelo en el momento de terminar el evento.

Foto: Margarita María Peláez Mejía

Video: Margarita María Peláez Mejía

noviembre 20, 2024

Alejandro Cock Peláez (20/11/1974 - 20/11/2024)


Hijo, sigues habitando en mi corazón, 
en mi día a día, en mi presente.
Hoy estarías cumpliendo 50 años, 
cuánto más tiempo pasa, más cerca te siento, 
más te veo en mi: 
El gusto compartido por el cine, 
la pasión por los documentales y la fotografía, 
el caminar descalza por el prado, 
abrazar los árboles, 
sentir sus energías y olores diversos, 
disfrutar de la naturaleza, 
deleitarme con el canto de los pájaros, 
el vuelo de las mariposas, 
los atardeceres (lo aprendí de ti).
Celebro hoy y siempre, 
tu paso amoroso y creativo por nuestras vidas.


abril 29, 2024

SUPE CONTIGO HIJO


Por: Margarita Peláez Mejía
9° Aniversario de Alejandro Cock Pelaéz (20 de noviembre 1974 — 01 de mayo 2015)

Supe contigo hijo que estaba viva, 
porque te veía morir y languidecer lentamente, 
vi acercarse a la muerte y pude observarla, nombrarla, 
respetarla por la dignidad, sabiduría, fortaleza, amor y valentía 
que se potenciaban en ti, 
antes de desplegar alas hacia otras dimensiones.

Así pude llorarte, 
acompañar tu memoria,
bendecir tu paso por la vida y constatar que tu muerte
y cada partida de un ser amado
es un nacimiento a una nueva vida.

"No mueren quienes nos enseñaron a imaginar la eternidad". 
Ángeles Mastretta



febrero 02, 2024

Alejandro, el Maestro del Documental y de la Vida

 

Por: Natalia María Metrio Gómez y Federico Carranza Carvajal

Como cuando se corta la luz quedamos sin Alejandro Cock Peláez, cuando la muerte, esa amante despechada, como la llamó Sabina, lo sacó del plano físico en el que nos encontramos y en el que tantas cosas compartimos; pero Alejo sigue vivo en el plano del recuerdo y en ese plano, donde la muerte no existe, su sonrisa es el sol radiante que acaba con el prolongado eclipse de su ausencia física.

Y es que recordar su sonrisa es recordar el entusiasmo que siempre mantuvo frente a todas las cosas que emprendía o que defendía, todas sus luchas siempre fueron desde el optimismo, la esperanza y la alegría; su sonrisa es el símbolo de ese espíritu jamás derrotado, porque ni siquiera la muerte logró quitarla de su rostro, esa imagen es algo impresionante que nos marcó para siempre. Alejo no se sintió vencido por la muerte, sabía que él la había vencido y por eso su gesto.

Alejo venció la muerte porque su obra le da continuidad a su pensamiento y porque durante su vida dejó algo de sí en muchas personas, lo que le permitió quedarse para siempre, en nosotros, por ejemplo.

Ambos nos encontramos con Alejo cuando éramos estudiantes en la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia, a Federico le dijo que le gustaba su manera de hacer la fotografía y lo invitó a trabajar con él, con la confianza que le dio lo hizo caer en cuenta de que ése era su camino, Alejo fue la primera persona que le dijo que su trabajo estaba bien hecho y lo estimuló a seguirlo perfeccionando.

Yo me encontré con él cuando aceptó ser mi asesor de trabajo de grado, en ese proceso me confirmó que tenía una muy buena historia entre manos y me motivó a realizar en vez de un reportaje periodístico, una película documental; no sólo confió en mí, sino que aceptó dirigir conmigo y consolidó un equipo al que convocó también a Federico.

Juntos fuimos avanzando mientras vencíamos dificultades de presupuesto, de claridad, de equipo, de la vida misma, porque el documental es eso, vida que se trasforma y no puedes controlar; así fue como apareció su enfermedad que mientras a nosotros nos llenaba de angustia a él lo motivaba a seguir trabajando, convencido de que podíamos lograrlo todo.

Hasta el día de hoy Alejo sigue siendo determinante para nuestra realización profesional y para la construcción de nuestras propias visiones, temas como la paz, la ética y la defensa del ambiente son los que más nos acercan a él.

Para muchos Alejo es el maestro de documental, para nosotros es también el maestro de la mirada crítica frente a la realidad social y política del país, con él nos sentamos a hablar sobre las formas de contar en el documental contemporáneo y conversamos también sobre la importancia de los acuerdos de paz; nos enseñó que así como nos formamos para retratar realidades, sean las que fueran, también debemos formar una opinión y que aquella, como la ética y la verdad documental son elementos imprescindibles. Por eso, en este tiempo electoral lo recordamos y lo extrañamos, en un país que se rasga las vestiduras por las curules en el Congreso para las Farc lejos de las armas y al mismo tiempo sigue estrepitosamente personajes como “alias Popeye”.

Alejo nos motivó siempre a alcanzar el equilibrio entre la estética de la imagen y la naturalidad de las historias, cuestionándonos sobre los modos de realización; ese equilibrio es parte de su esencia y ahora de sus enseñanzas; siempre se mantuvo ecuánime para juzgar por igual los desaciertos de la ultraderecha y de la izquierda radical.

Y precisamente por su compromiso con la paz, pero su posición crítica frente a todos los actores del conflicto fue que su gran amiga, Natalia Orozco le confió la cámara en los primeros rodajes de El Silencio de los Fusiles, momentos de acercamiento con las Farc que fueron tan difíciles en los que la relación era absolutamente frágil, según Natalia, Alejandro le dio la garantía y la tranquilidad, su presencia fue fundamental para que su película, fuera una realidad.

Ética para hacer documental, pero también ética para la vida, de Alejo aprendimos que se puede tener éxito en la vida profesional sin tener que torcer los principios, fue abanderado de la defensa de la naturaleza desde la reflexión, la realización y el activismo en una admirable coherencia: no sólo logró poderosas imágenes de diferentes ecosistemas, sino que le dedicó al tema parte de su pensamiento y producción académica, además, participó en acciones comunitarias que protegían reservas como Montevivo, amenazada por el proyecto del Túnel de Oriente.

En Colombia, un país catalogado como el segundo con más conflictos ambientales del mundo con una política económica que favorece la explotación desmedida, Alejo estaría tremendamente triste e indignado, por ejemplo, con el último derrame de petróleo en Santander, el más grande de los últimos tiempos, pues estaba seguro de que sin naturaleza no hay proyecto de vida para la humanidad y que los realizadores adquirimos también un compromiso con el mundo que habitamos.

Alejo venció la muerte y lo hizo porque nunca dejó de soñar y esa es su gran enseñanza, tanto a Federico como a mí, en los últimos mensajes que cruzamos nos dijo que estaba bien y que íbamos a salir adelante, días antes, siendo consciente de su enfermedad le dijo a Federico que aunque no sabía si iba a estar por mucho tiempo aceptaba ser su asesor y trabajar hasta donde le diera, Alejo nos acompañó en rodajes a los que llegaba después de su quimioterapia y en uno de ellos me dijo que después de terminar el proyecto, nos plantearíamos otro sobre el mismo tema pero con impacto en Latinoamérica.

Desafiando al tiempo que sabemos que es limitado y la muerte que es inevitable, Alejo nos enseñó a “mantener los grandes sueños de la vida y sacar todas las fuerzas para cumplirlos en contra de las adversidades".

CONTEXTO:
Alejandro Cock Peláez fue docente investigador del Pregrado de Comunicación Audiovisual y Multimedial de la Universidad de Antioquia, profesor invitado en diferentes postgrados alrededor de Colombia, conferencista y asesor, jurado o tutor de proyectos audiovisuales en algunas de las más importantes convocatorias para documental y largometraje del país.

Obtuvo doctorado en Comunicación Audiovisual en la Universidad Autónoma de Barcelona con una investigación sobre las nuevas retóricas en el documental contemporáneo y trabajó como documentalista y fotógrafo de manera independiente para importantes productoras nacionales e internacionales como National Geographic Television (USA).

Es recordado como el fotógrafo de la Colombia rural porque se enfocó en temas sociales y ambientales con un compromiso con las comunidades y con el desarrollo sostenible y equitativo. Falleció el primero de mayo de 2015 después de luchar contra un cáncer.


enero 29, 2024

Archivo Audiovisual de Alejandro Cock Peláez


Por: Alfredo Laserna Ruiz

El archivo de Alejandro Cock-Peláez es una de las joyas audiovisuales con las que cuenta la ciudad y el mundo. Su madre, Margarita Peláez Mejía, y su familia son las guardianas de este legado ante la desaparición temprana de Alejandro.

En la ruta de los archivos audiovisuales de la ciudad también está este fondo. Acá pueden seguirlo y ver las normas de consulta:

https://issuu.com/cinematecamunicipal/docs/alejandro_1_


septiembre 02, 2023

El Fotógrafo de la Colombia Rural, Alejandro Cock Peláez

Por:  Margarita María Peláez M.
Madre de Alejandro


"Lo único que no se puede aplazar en la vida es la búsqueda de los sueños".
Alejandro Cock Peláez.(1974-2015).


Mi hijo Alejo, se despidió de la vida y emprendió vuelo hacia la eternidad el 1 de mayo de 2015 a la edad de 40 años.

Era un soñador de mundos, imágenes, paisajes, formas de relacionarnos, de narrar... Se reconocía como un "convencido de que el mundo es un lugar lleno de historias para vivir y contar, un lugar donde las experiencias de otros pueden ayudarnos a entendernos a nosotros mismos". Su cámara era la extensión de su alma, el puente entre el asombro de la mirada y la magia del vuelo de un pájaro, la sonrisa de un niño, las manos curtidas por el sol y el trabajo de un campesino, la belleza ofrecida por las profundidades del mar, las ausencias en territorios y paisajes desolados por la codicia humana generadora de desplazamiento y dolor. Con igual intensidad, dedicación y asombro, destacó la abundancia del amor desbordado en la solidaridad humana entre los desposeídos y en los límites y fronteras de la incertidumbre.

Su trabajo nos lleva a las profundidades del ser humano, sus tareas, creaciones y entornos. La magia lograda con los juegos de luz de su cámara, el movimiento y los detalles que capturan singularidades, hacen de su trabajo y curiosidad un homenaje a la naturaleza, la vida, la cotidianidad y vuelve protagonista el trabajo de las comunidades campesinas, indígenas, negras, mujeres, las comunidades diversas y excluidas, las poblaciones desplazadas. Dio voz a quienes no la tenían, visibilizó las injusticias, soñó con que otro mundo mejor era posible.

Alejo compartió la filosofía sobre "el buen vivir" de los pueblos originarios andinos, que ofrece horizontes amplios para que la humanidad salga de la crisis actual, se conecte con su ser, con la pachá mama, le de sentido a la vida individual y colectiva. El buen vivir como concepto hace referencia a ideales y prácticas de economía solidaria, soberanía alimentaria, derechos de la naturaleza, protección de la biodiversidad, defensa del territorio, resolución de conflictos y convivencia ciudadana respetando las diferencias sociales, culturales y políticas.

Para lograr el buen vivir, es necesario mantener relaciones respetuosas con cada una de estas formas interdependientes de vida (humanos, animales, minerales, los ríos, las selvas, el subsuelo, el aire) basados en la co-responsabilidad y en el reconocimiento de los derechos de cada especie. Esto es vivir bien, no sólo estar bien. Esta forma de ver el mundo por los pueblos ancestrales es totalmente opuesta a nuestra manera de vivir, basta con mirar la forma como contaminamos los mares, el aire, la tierra.

El tiempo y el desarrollo son asumidos también de manera diferente por los pueblos ancestrales indígenas. En nuestras sociedades capitalistas el desarrollo está medido en términos económicos, en acumulación de capital, de Producto Interno Bruto y en el tener como un modelo y estilo de vida, imitando los llamados "países desarrollados" que viven bajo la presión del tiempo y la competencia, el lucro inmediato y el individualismo. El Buen vivir concibe el tiempo en espiral, en ciclos que se van dando en un tiempo lento y armónico, de días, noches, estaciones, siembras y cosechas, donde el ser humano conversa y respeta las pausas de la naturaleza, celebran las cosechas, la tierra, las lluvias. Es decir, la VIDA.

Coherente con su forma de pensar, fue activista ambiental y pionero en la conformación e impulso de las reservas naturales de la sociedad civil, logrando que la finca familiar Monte Vivo, de propiedad de su familia paterna, fuera declarada en 1996 en esta categoría, protegiendo aguas y bosques nativos, necesarios para Santa Elena y Medellín. Además fue uno de los fundadores de AMICHOCO y lideró el programa oro verde, hacia una minería responsable, proyecto pionero a nivel mundial, fue certificado el oro ecológico de minería artesanal y de pequeña escala y vendido a joyeros que le apuestan a la ética del cuidado de la vida y la naturaleza, que debe protegerse en su biodiversidad.

Desde esta perspectiva Alejandro nos puso de frente con esta conexión esencial y profunda con nuestros antepasados indígenas, con la esperanza de aportar experiencias para tener sociedades más armónicas, equitativas y en paz.

Su pasión por documentar en imágenes la vida lo llevó a una alquimia muy interesante y centro de su hacer profesional. Una vez superado el dominio de la técnica, pasó a interrogarse por el lenguaje que le permitiera explorar lo verdaderamente esencial de este arte, poniendo a prueba sus habilidades, experiencias, intereses y saberes; viviendo su propio proceso de cambios y transformaciones personales a través del descubrimiento de nuevas formas de ver e interpretar la vida.

En su libro, "Retóricas del cine de no ficción en la era de la posverdad" quedan plasmadas sus búsquedas intelectuales y existenciales, con una propuesta reflexiva y pedagógica alternativa. Trasladó luego su pasión a las aulas universitarias, y fue uno de los fundadores del programa de comunicación audiovisual y multimedios Universidad de Antioquía. El regalo de Alejandro fue el dejar un texto fundamental, con las bases filosóficas, epistemológica, etnográficas y sociológicas que hacen que el oficio del documentalista se encuentre en el cruce y centro de muchos saberes.

Amoroso hijo, padre, hermano y amigo. De profesión y oficio fotógrafo y documentalista, un docente que nos deja un legado en sus escritos, investigaciones, imágenes y manera de asumir la vida, la enfermedad y la muerte con honestidad, humildad y valentía. Un gran ejemplo a seguir por las nuevas generaciones, un ser humano que hizo realidad su sueños!!!.

mayo 18, 2023

El Valor Histórico de las Colecciones de Alejandro Cock Peláez



Por Margarita Peláez Mejía

Alejandro nació en Medellín y se recreó y creció en la finca familiar Montevivo en Santa Elena. Fue un documentalista, fotógrafo, investigador, educador ambiental, soñador de un país en paz, amante de la cultura y expresiones culturales populares. Encontró la belleza en el diario vivir de los habitantes de la urbe, sus trabajos, creatividad para sobrevivir y llevar la esperanza en los límites de las violencias y pobrezas.

El valor histórico de sus colecciones está dado por:

· Inventario de fauna y flora de Santa Elena que nos dio a conocer la riqueza ambiental en aguas y recursos para la ciudad de Medellín. Investigación ganadora del premio Vida – IDEA, 2003.

· Recuperación del conocimiento ancestral y comunitario rural sobre plantas medicinales, comestibles, mágicas y decorativas.

· La importancia de preservar los bosques nativos y el impulso de las Reservas Naturales de la sociedad civil, siendo Montevivo la primera en la región e impulsada por Alejandro, como un compromiso de la sociedad civil, en apoyo a las políticas de conservación del Estado.

· Siguió y registró con su cámara el sentir, manifestaciones, conferencias y encuentros por lograr la paz en el país, su última cámara registró y acompañó las conversaciones de paz en La Habana que culminó con la película “El silencio de los fusiles”. Él no pudo verla, su enfermedad y muerte prematura lo impidieron.

· Historias de gente común que han logrado sus sueños y llenado de alegría la ciudad son registradas por Alejandro en “El sueño del maestro”, orquesta de gran formato que estuvo en los grandes escenarios nacionales e internacionales. El documental sobre el ciclista Santiago Botero, retoma un deportista con disciplina y un perfil que da cuenta de un hombre referente, para una generación que sólo tenía a los violentos como modelo a seguir.

· En “Basuras, las huellas que dejamos”, es la pedagogía a través de un reciclador, gran maestro, que nos lleva por el ciclo de la producción, el consumismo, la acumulación y contaminación que dejamos como huella en el planeta, dándonos elementos sobre cómo reciclar desde la casa. Se adelantó a su época.

· El metro, metro cable, los alumbrados, la arquitectura y fiestas de la ciudad, captan la alegría de un pueblo, al que la guerra no ha podido borrar su deseo de ser mejor y habitar la ciudad de las flores, equidad, inclusión y alegría para ser vivida por todas y todos.

¿Cuál es esa Relación entre el Sujeto que Filma y el Sujeto que es Filmado?. Alejandro Cock Peláez


Por Alejandro Cock Peláez

He venido a la Muestra Internacional Documental a presentar unas de mis películas, pero sobretodo he asistido a todas las maravillas que nos han mostrado en estos 13 años, a las conferencias -que nos han aportado mucho a los documentalistas-. Este ha sido uno de esos espacios que nos hace replantear el documental mismo, replantear lo que estamos haciendo, lo que se está viendo en nuestro propio documental; en mi caso, incluso, ponerme a investigar acerca de las nuevas narrativas y retóricas en el documental contemporáneo, que es el tema de mi investigación doctoral en la Universidad Autónoma de Barcelona, el cual termino este año, y que ha sido en lo que he estado estos últimos cinco años. Hoy solo me voy a centrar en algo muy pequeño. En mi tesis trabajo el tema de la retórica, algo totalmente amplio que incluye desde las capas más superficiales del texto -las figuras retóricas, el estilo, la enunciación, la estructura-, hasta llegar a lo más profundo, que tiene que ver con esos contextos en los cuales se desarrolla el documental contemporáneo -los inter-textos-. ¿Cómo se relaciona con otros textos de la cultura contemporánea?

Nos vamos a centrar, básicamente, en el tema de las conferencias de esta semana: los sujetos. ¿Cuál es esa relación entre el sujeto que filma y el sujeto que es filmado? Veremos que es una relación muy compleja y que no solo se da en doble vía. La idea es mostrar algunos fragmentos de trabajos muy diversos. No quise traer lo último sino un poco de diferentes épocas por las que he pasado, estilos totalmente diferentes, en cada uno de los cuales hay una relación con el otro -con quien filmo- muy diferente; sobre todo he traído fragmentos de documentalistas clásicos y contemporáneos que nos muestran muy claramente esa diferencia, cómo trabaja cada uno con el otro y con el público.

Vamos a hacer un recorrido muy rápido que nos dé pie para una discusión; cómo se han dado en el documental las diferentes propuestas de trabajar con el otro. No es solo el cine directo, aunque este ha sido de los más importantes. Las conferencias de esta semana se han centrado más ahí, en esa relación que alcanzó el cine directo con el otro, que realmente tuvo grandes logros a partir de los años 60: el respeto, dejar que el tiempo fluya, que el otro se pueda expresar sin esa manipulación que se daba anteriormente con el cine clásico. Pero vamos a ver que desde el directo para acá se han venido dando una serie de transformaciones en todo, en toda la retórica, pero sobretodo en la forma como trabajamos con el otro, que en mi tesis doctoral llamo la era de la post-verdad o el post-vérité, como lo llaman algunos norteamericanos, todo lo que viene después del post- vérité; el cine contemporáneo, el cine de la postmodernidad, si es que se puede hablar de esta discutida postmodernidad o segunda modernidad.

Para empezar, antes de meternos en el tema de “el sujeto filmado–el sujeto capturado”, quiero decir que ese “sujeto capturado” es un término bastante duro que yo asocio con el de Carlos Mayolo y Luis Ospina en Agarrando pueblo, como “capturar al otro”. Vamos a hablar de hasta dónde estamos filmando, hasta dónde el otro es personaje o es persona o es sujeto social o es alguien que estoy aprovechando para mis intereses narrativos, cinematográficos, o estoy construyendo con él, cerca de él, al lado de él. Esas son las diferentes perspectivas que se dan en el documental.

Para empezar, yo asumo el documental como un discurso. No es más aquella ventana a la realidad, muy objetiva, que nos plantea el cine directo y que se ha vuelto un eje central tan grande y tan fuerte en el documental; la idea de que no se interviene y que esa ventana es una cámara que captura la realidad, pues casi hay una creencia en sus poderes para revelarla por sí sola. Y sí, a veces sí, pero vamos a ver muchas otras alternativas. Entonces yo lo asumo como un discurso retórico, una argumentación sobre la realidad. No tanto una representación, aunque también lo es. Sin embargo, cualquier discurso siempre está intentando influir sobre el público, intentando trasmitir una idea, desde las más políticas, como todo nuestro cine político en Latinoamérica que era claramente retórico (La hora de los hornos, por ejemplo, o Now de Santiago Álvarez), hasta asuntos que están mucho más en las fronteras con lo artístico. De todas maneras, desde ahí el arte mismo también busca influir, busca cambiar, busca trasmitir un discurso.

Una vez entendido esto, el documental puede tener muchísimas perspectivas diferentes a la idea de la ventana. La primera persuasión o argumentación que define al documental, desde la cual se puede ver esa relación con el otro y con la ética –otro tema fundamental de estas charlas-, es ese “créanme, yo soy el mundo” o “yo les estoy mostrando el mundo”, aunque busque un lenguaje totalmente poético, o al contrario, un tono totalmente realista. Esto es lo que lo diferencia de la ficción o de los experimentales, aunque vamos a ver que eso se junta muchísimo. La persuasión consiste en que lo que usted está viendo es el mundo real o yo le estoy contando a usted que ese es el mundo como yo lo percibo, a diferencia de la ficción que nos está diciendo “créame. Este es un mundo ficticio pero métase en este mundo ficticio que yo le estoy proponiendo. Crea esta historia”. Es un grado entre la verdad y la similitud que tiene que ver con esas diferencias éticas en el documental, no solo estilísticas. Una cámara al hombro, que se mueve con los personajes, respeta su tiempo, tiene una edición lineal, tiene plano-secuencias, no garantiza que sea la verdad; eso tiene mucho más que ver con la ética. Prueba de ello es la cantidad de falsos documentales que se han hecho con la técnica del documental directo, parodiándolo. La cámara al hombro se ha utilizado en la gran mayoría de documentales. Aunque también se están parodiando las nuevas formas como el documental performativo en primera persona, que en los últimos años se ha vuelto una centralidad en el documental. Hace poco vi un capítulo de lo Simpson con Lisa Simpson haciendo las veces de Michael Moore, presentándose como la documentalista en primera persona que habla de la realidad. Cuando el documental se vuelve una centralidad quiere decir que está pasando algo, que se está anquilosando un poco. Y tampoco esa primera persona me va a garantizar la verdad; la verdad no está garantizada por nada, si es que existe.

Vamos a ver un fragmento para recordar todo lo que se ha presentado en esta Muestra. Este es uno de los primeros documentales que yo vi en la Muestra. Con esto, vamos a ver cómo ha cambiado la forma.

Proyección «Del olvido al no me acuerdo».

Alejandro Cock Peláez, Habitante de Santa Elena


Por Margarita Peláez Mejía

Alejandro desde su niñez habitó en la finca “Monte Vivo”, o "El León de Oro" como originalmente se conocía, del corregimiento de Santa Elena. La casa en Medellín, también está ubicada en el parque Arvi de este corregimiento. Todas las etapas de su infancia, adolescencia, juventud y como adulto profesional, estuvieron sentimental y prácticamente ubicadas en este territorio. Realizo está narración para explicar cómo llegó a producir el documental, sobre el Parque Ecoturístico Arvi .

Antecedentes.
El Parque Ecoturístico Arvi, está ubicado en el altiplano nororiental de Medellín, en el corregimiento de Santa Elena. Es un parque regional de interés ambiental, cultural y arqueológico. En el 2007 se consolidó la idea de la creación del parque Arvi por iniciativa de la alcaldía de Medellín, de EPM, el Área Metropolitana, Corantioquia, Guarne y la academia.

Este proyecto institucional, llevó a que las comunidades campesinas y habitantes del lugar, convocaran a una reunión, con el objetivo de analizar los posibles problemas que tendrían con este proyecto, y lo expresaban así: flujo turístico, con las consecuencias de congestión vehicular, basuras, inseguridad y cambio en los usos sociales del suelo, el crecimiento y especulación sobre la tierra, eran sus mayores preocupaciones.

Alejandro participó en todo el proceso de concertación con el sector público, para la conservación ambiental, el control urbanístico y la generación de empleo para los habitantes de Santa Elena. El joven Comunicador intervenía en las reuniones, convocaba, elaboraba boletines. Era un conocedor de su territorio y candidato natural para dar a conocer este proyecto.

JORNADAS DE LA MEMORIA: Con Ojos de Madre: Tejiendo la Memoria de su Hijo Alejandro Cock Peláez. Mayo 2015


Por Margarita Peláez Mejía

Presentación : BUENAS TARDES PARA TODAS Y TODOS LOS PRESENTES, AMIGOS, FAMILIARES, COLEGAS.

La gratitud da sentido a nuestro pasado y presente. Agradecer, es el agrado de ser y el motivo que nos reúne. Agradezco a la cinemateca con sus jornadas de la memoria y en especial a Ana María Ramírez, alumna de Alejandro, motor y alma de la preservación de sus archivos y memoria. Lógicamente a nuestra amada Biblioteca Pública Piloto por acogernos en su espacio.

Decía Herman Hesse: “La mayoría de los seres humanos son como las hojas que caen de los árboles, que vuelan y revolotean por el aire, vacilan y por último se precipita al suelo. Otros, por el contrario, casi son como estrellas; siguen un camino fijo, ningún viento los alcanza, pues llevan en su interior su ley y meta.”

Siempre te refieres a Tejer la memoria, ¿qué significado tiene para ti?. 
Quien escribe, teje. “Textum” significa tejido, viene del latín. Con hilos de palabras vamos diciendo, recordando. Con el uso de palabras del tiempo vamos viviendo. Los textos son como nosotros, vamos haciendo tejidos que van de mano en mano dando calor, compañía, interrogándonos. El arte de tejer ha sido femenino, las mujeres tejiendo reunidas, para hacer los ajuares de novias y bebés, hablan, se escuchan, opinan, cuentan sus experiencias, socializan alegrías y tristezas, se miran así mismas en el espejo de las otras y otros, para dar la siguiente puntada, el próximo paso. Las mujeres excluidas del espacio público, museos, escuelas, universidades, con las agujas y los hilos, contaron las historias de sus territorios, les dieron identidad y vida. Ejm: las mochilas wayu. Las Mujeres tejen la vida, remiendan los dolores y tristezas. La expresión popular “ Punto, cadeneta, punto” invita a continuar la conversación. En la oralidad, en el entre nosotras se comparten recuerdos, conocimientos, afectos, memorias, problemáticas y recuerdos. Así surgió este proyecto.

En todo el rescate audiovisual que hemos realizado de los archivos de Alejandro, hay un elemento central como activista ambiental que fue, el respeto y cuidado con la naturaleza y un hilo conductor en su narrativa: el agua ¿cuál es tu interpretación?.
El agua es vida, fuente de inspiración. Es mi elemento y lo fue para Alejo.
Me preparé para tenerlo en un parto natural en el agua; en los años 70 se conoció como el parto humanizado, una transición natural de venir el bebé de un lugar acuoso, el líquido amniótico, al agua, sin traumas.

El agua es mi elemento central, he sido amante de la natación, el buceo, el esquí acuático. Éste fue el entorno en el cual vivió Alejandro. Como curiosidad Alejandro primero aprendió a nadar que caminar. Todas nuestras vacaciones hacíamos buceo y estábamos en permanente contacto con el mar, rápidamente Alejandro aprende a bucear con nosotros. A los cuatro años hubo que hacerle un curso para el solo, era el único niño que buceaba, disfrutaba enormemente este deporte. Logró siendo joven el título de dive master en buceo. Hizo cámara subacuática. Mucho de su producción audiovisual tiene que ver con recuperación de corales, limpieza de fondo marino, diversidad de fauna y flora en nuestro Mar Caribe, pero también los ríos, las fuentes de agua y su cuidado fueron su preocupación.

¿Qué momentos e historias nos quieres compartir de la niñez y adolescencia de Alejandro?
Desde muy tierna edad su amor por los animales. Cuando llegaba de la guardería, en el antejardín habría sus bracitos y se le posaban pájaros, mariposas... esto me conmovía. Tuvo sus primeras mascotas, una pareja de loros, se llamaban Floripa y Matías, lo despertaban, lo saludaban al llegar de la guardería y lo seguían en la casa y juegos. Adoptaba todo tipo de animales: guacamayas heridas, ardillas, pollitos, iguana, tortuga, perro…

Tenía un taller, una casita que se le construyó en el antejardin de la casa, él construía sus propios juguetes: carros de rodillos para él y sus amigos en Medellín y barcos para compartir con sus amiguitos de Isla Fuerte, sus regalos de navidad eran herramientas. Otra de sus pasiones (5 - 7 años) fue hacer figuras en cerámica, hizo exposición de las mismas en su colegio, el Jorge Robledo.

A los 9 años también pintaba, se presentó al museo de Antioquia a una exposición infantil y ganó el primer puesto con su obra : Mi lora Floripa.

Entre los 10 - 11 años, tuvo su actividad más exitosa como mago Alejandrini, nos divertía con su magia y la seriedad con que asumía su trabajo, su traje de mago, su mesa, sombrero y trucos. Su fama trascendió de los cumpleaños con amigos del colegio, a un contrato que le hicieron en COMFAMA, este fue su primer trabajo.

A Los 14 años vivíamos en Río de Janeiro, Brasil, país que estrenaba democracia después de una larga dictadura, el ambiente era de fiesta, de una ciudadanía desbordada de la alegría, de la recuperada democracia. Esta energía invadió el espíritu de Alejo, que inició como caricaturista en el periódico de su colegio, participó de la organización estudiantil y un ejercicio académico llamado "el debate social, ¿en qué está?" se invitaban deportistas, intelectuales, políticos, artistas. La mayoría que regresaban del exilio.

Además de tener una excelente relación MADRE-HIJO, también era cómplices, compañeros de causas sociales, académicas y culturales. Cuéntenos algunas historias o anécdotas de esa relación tan bonita y significativa.
Desde su época de estudiante me acompañó con su cámara en el registro de todas mis actividades profesionales como Secretaria de Las Mujeres de la Gobernación de Antioquia. La política pública para las mujeres del departamento de Antioquia fue registrada con su cámara, esto no se había hecho y fue un éxito. Lo mismo aconteció con la política pública para las mujeres de Medellín.

Al conmemorarse los 50 años del voto femenino en Colombia, Alejandro investigó, recuperó videos, documentales y fotografías de la época, para las presentaciones que realicé en la Asamblea Departamental de Antioquia, el Concejo de Medellín y el Congreso de la República. Trabajo que se pasó por la TV Regional y Nacional.

En la Universidad de Antioquia siendo los dos docentes de diferentes facultades, tuvimos la oportunidad de coincidir en varios espacios. Fuimos fundadores del Centro Interdisciplinario de Estudios en Genero CIEG, él fue uno de los fundadores del grupo pionero en el país sobre "nuevas masculinidades", solidarias, no guerreras, amorosas y cuidadoras. Trabajamos juntos en docencia, investigación y extensión. Fui su docente en el diplomado sobre Cooperación para el desarrollo, organizado por la facultad de economía junto con la cooperación técnica para el desarrollo en Colombia.

Él fue mi coordinador de investigación sobre "Foresteria análoga" en donde convergía varios grupos de investigación de la UdeA, su papel era de director, él con sus registros y narrativas audiovisuales articuló discursos académicos diversos, para dar como resultado el Premio Vida Investigación Ambiental, Corantioquia-IDEA de 2003, y la publicación de la investigación.

Cuando ocurrió el terremoto de Armenia, las marchas por La Paz, el movimiento por el Sí…nos encontrábamos y marchamos por múltiples causas en defensa de los derechos humanos.

¿Qué percepción has sentido y tenido, al regresar de nuevo a ver sus videos, imágenes, cartas, dibujos?
Lo expresé muy claro este primero de mayo, al cumplirse el séptimo aniversario de su partida. HIJO: los territorios, caminos, historias, culturas y sueños colectivos grabados por tu Cámara, han señalado estos años mi propio caminar. Vives en mí y en el legado que dejaste para tu hijo, familia, compañeros ,alumnos ,amigas y amigos.

Fue un soñador de mundos, imágenes, paisajes, formas de relacionarnos y de narrar… su trabajo nos invita a adentrarnos en las profundidades del ser humano, sus tareas, creaciones, desafíos y entornos. La magia lograda con los juegos de luz de su cámara, el movimiento y los detalles que capturaron singularidades, hacen de su trabajo y curiosidad, un homenaje a la naturaleza, la vida, la cotidianidad, y vuelve protagonista el trabajo de las comunidades campesinas, mujeres, indígenas, negros, las comunidades diversas y/o excluidas, además de las poblaciones desplazadas. Dio voz a quienes no la tenían,visibilizo las injusticias, soñó con que otro mundo mejor era posible.

Todo esto fue posible con su filosofía del buen vivir, retomada de los pueblos originarios andinos, con la esperanza de aportar experiencias para tener sociedades más armónicas, equitativos y en paz.

La experiencia del rescate de sus archivos, el respaldo en imágenes de los territorios recorridos, las relaciones que tejió y construyó, me llevó a reconocer y valorar de nuevo, al amoroso hijo, padre, hermano, y amigo. De profesión y oficio fotógrafo y documentalista, un docente-investigador que nos deja un legado en sus escritos, investigaciones, imágenes y en su manera de asumir la vida, la enfermedad y la muerte con honestidad, humildad y valentía. Gran ejemplo a seguir para las nuevas generaciones, un ser humano que hizo realidad sus sueños.

Alejo me dejó como el mejor regalo, a nuestro nieto amado Tomás, desde su partida a otras dimensiones, he estado acompañada por sus amigos de infancia, secundaria, universidad, docentes, amigas - amigos y el equipo que me ha acompañado en las dos becas ganadoras con el Ministerio de Cultura, que enriquecen mi mundo con su juventud, proyectos y lealtad a la memoria de quien fue su maestro.

Para mí, Alejandro fue mi compañero, amigo, confidente y cómplice, mi maestro. Gracias hijo.

¿Cuál ha sido el impacto que han tenido sus archivos en las comunidades y qué ha significado para usted.?
Inicio dando respuesta a la segunda parte de esta pregunta. Con Alejandro aprendí que la verdadera maestría en la vida está en asumir problemas, y entender que son nuestros aliados en el camino del conocimiento.

He tratado de darle vida a la muerte de mi hijo, terminando algunos de sus pendientes: la publicación de su libro con la Editorial de la Universidad de Antioquia "Retórica del cine de no ficción en la era de la posverdad". La recuperación de sus archivos y la devolución de la memoria de sus trabajos en las comunidades, se realizó en la primera región seleccionada: Chocó biogeográfico.

¿Cómo ha sido esta devolución?
Las memorias se construyen o pueden caer en el olvido, pueden ser cambiados o manipuladas (recordemos la lucha por la memoria en el centro nacional de memoria histórica del país ).

El recuperar una historia común con un grupo de gente en el territorio, aporta sentido, identidad, esperanza, empoderamiento y en el Chocó permitió fortalecer la identidad colectiva con la minería artesanal y el proyecto exitoso de "Oro Verde" experiencia reconocida a nivel internacional.

Para la comunidad significó::
En sus 50 años de vida la Universidad Tecnológica del Chocó nos permitió compartir, la historia exitosa y reconocida a nivel internacional del  "Oro Verde", por medio de documentales, exposición fotográfica (la primera que se realizaba en el lugar), talleres y testimonios que dieron cuenta del origen, desarrollo y presente de ASOCASAN y "Oro Verde".

Nos permitió reunir a la comunidad académica, instituciones gubernamentales y público en general.

La obra de Alejandro está regionalizada. Chocó, el pacífico biogeográfico, fue la primera etapa. Quedan pendientes las otras regiones del país. El archivo hasta la fecha cuenta con aproximadamente 100 documentales y 15,000 fotografías.

Termino con las palabras de mi amiga Argelia Londoño. "Hoy Alex está entre nosotros, nos habita de alguna manera, porque la muerte, no es el fin, sino el comienzo, porque la muerte es "el ir entrando en espacios más amplios". Y es que la muerte provoca una ampliación de los afectos y los sentimientos, resignificar los recuerdos. La muerte no deja a quien muere en la nada, sino que nos entrega sus cualidades que se hacen trascendencia en el tiempo y es que en la memoria, en el recuerdo, en su obra, se ensancha la vida. Alejo dice de si a través de su obra, porque la obra, el hacer, es el colocar en el afuera el adentro, el sí mismo íntimo, la pasión visceral por la vida a la que jugó siempre. Alejo dice de sí, en cada recuerdo que construyó con cada uno y cada una de nosotras, fue ceramista y nosotras sus clientes, pintor, mago Alejandrini y nosotras sus espectadoras, tenía la risa fácil y sonrisa permanente. Los recuerdos son tejidos sutiles pero firmes que se tamizan y se fijan en la memoria de los vivos. Me acompañó en el terremoto de Armenia, su registro documental, permitió la construcción de la Política Pública sobre cómo actuar en los desastres naturales. Hoy ha atravesado los dinteles de la Luz y de la sombra, y su alma tiene alas. Su ser es trascendencia hasta el remoto horizonte en donde cielo y tierra, vida y muerte se reúnen. 

La Regionalización en los Archivos del Documentalista Alejandro Cock Peláez



Por Margarita Peláez Mejía

El concepto de región que orienta nuestra última clasificación, está basado en el ordenamiento territorial del país y la división política existente. Una región tiene sentido y existencia, sólo cuando en ella existen comunidades humanas, con una cultura específica y unos usos sociales del territorio.

La división natural y política de Colombia es la siguiente: políticamente se divide en 32 departamentos y un distrito capital. Otra lectura es la división por regiones naturales del país, que son seis: región insular, región Caribe, región pacífica, región andina, región orinoquía y región amazónica.

Optamos por reunir e identificar el trabajo del documentalista Alejandro Cock-Peláez, por regiones naturales, encontrando que tiene clasificadas con su cámara en documentales y fotografías las seis regiones naturales de Colombia.

Consideramos abordar para la tercera fase de nuestro trabajo, LA REGIÓN CARIBE. Alejandro tiene la mayor producción de su trabajo en este territorio que se extiende desde documentales y fotografías en el Golfo de Urabá por el occidente, hasta la península de La Guajira en el Oriente y desde el final de las tres cordilleras en el sur, hasta el Océano Atlántico en el norte. Con su cámara captó la belleza de paisajes, riquezas naturales, diversidad climática, de fauna y flora, y una fabulosa diversidad cultural.

Para muchos de sus alumnos y colegas Alejandro fue “el maestro del documental”, algunos periodistas lo han llamado “El documentalista de la Colombia rural”,  ara sus alumnos que seguían las discusiones con su profesor después de clase en la cafetería de la facultad, fue “El maestro de la mirada crítica frente a la realidad social y política del país”. 

El compromiso con la vida en todas sus manifestaciones, que quiso transmitir Alejandro, es lo que deseamos rescatar y devolver a los territorios, para que hagan parte de la historia y memoria de un país que vive en el olvido, rescaten su riquezas, posibilidades y orienten su futuro con más equilibrio, inclusión e igualdad.

Reflexiones en Torno al Quinto Aniversario de tu Partida Hijo. Mayo 2020

Por Margarita Peláez Mejía.

Tener el poder de la muerte es permitir que ésta te toque y que las emociones no te saquen de tu centro, entender y enfrentar el temor, la pérdida, el dolor, como parte de la vida y comprender el círculo entre vida-muerte, permitiendo y fluyendo, abriéndose al camino con corazón, al vivir concientemente, reforzando la conexión y acceso a la trascendencia.

En alguna oportunidad escuché que entender o aceptar la muerte, equivale a saltar del por qué al para qué... Contigo hijo aprendí que la verdadera maestría en la vida esta en asumir los problemas, y entender que son nuestros aliados en el camino del conocimiento, superando la condición de víctima, el ego y la importancia personal. Sin ego, la muerte se queda vacía y se inicia el proceso de salida de la Matrix que consiste en empoderarse y reconocer al ser de luz que somos, para acceder a la verdadera vida. En reiteradas oportunidades me insistías que había que trascender la razón, el temor, el miedo y la importancia personal. Me señalaste el camino de no juzgar nada como bueno o malo, vivir las cosas como algo perfecto, "el perfecto presente ", porque el juicio conduce a dudar y botar toda la energía vital.

NO JUZGAR, SINO JUGAR
El juzgar viene del miedo, jugar viene del hacer con amor y decisión. Cuando nos conectamos con lo divino se pone en equilibrio el ego, entre masculino y el femenino, ahí se acaba el sufrimiento y la angustia. Gracias hijo, compañero de vida, maestro del camino.

Datos Biográficos Sobre Alejandro Cock Peláez. Ministerio de Cultura. Agosto 2020



Por Margarita Peláez Mejía

Nació en Medellín en 1974, y murió el 1 de mayo de 2015. Realizó su primaria y parte del bachillerato en el Instituto Jorge Robledo, estudios secundarios que complementó en Río de Janeiro, Brasil. Estudió comunicación social y periodismo en la Universidad Pontificia Bolivariana, su tesis de pregrado obtuvo el premio Nacional Otto de Greif. Paralelo a sus estudios de comunicación social y periodismo, realizó artes plásticas en el Instituto de Bellas Artes de Medellín. Su pasión por el mar y el buceo lo llevaron a obtener el título de Dive Master.

La naturaleza lo apasionaba y su preocupación por el medio ambiente lo llevó a realizar las especializaciones sobre educación ambiental en la Universidad Pontificia Bolivariana y en cooperación internacional para proyectos de desarrollo en la Universidad de Antioquia. Estos conocimientos le permitieron dar nuevos pasos en su práctica profesional y fue así como realizó cámara sub-acuática en su primer trabajo con el Canal Nacional en el programa Imágenes de la Naturaleza, que dirigía Fernando Riaños, a quien Alejo admiraba. Esta experiencia laboral lo llevo a Washington a trabajar con National Geographic.

Después de trabajar por más de 10 años como fotógrafo y documentalista independiente, se fue estudiar a Barcelona donde cursó un postgrado en Montaje Documental en el Observatorio de Cine y un Doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona, sobre los nuevos discursos del documental contemporáneo.

Fue docente investigador de tiempo completo en la Universidad de Antioquia, en fotografía y vídeo documental.

Su producción audiovisual es amplia, y se sitúa fundamentalmente en tres áreas: la social, ambiental y etnográfica.

De igual manera su trabajo ha sido publicado en National Geographic Magazine, The Nature Conservancy Journal, Vanity Fair España, El País España, Revista Soho, revista El Mal Pensante, periódico El Colombiano, periódico La Hoja, The City Paper, Revista Word Heritage y Revista Patrimonio del Ministerio de Cultura,entre otras.

Premios y Distinciones.
  • 2000, segundo puesto concurso mejores trabajos de grado Otto de Greiff, categoría medio ambiente y desarrollo sostenible, universidades nacionales, Colombia.
  • 2000, primer puesto Jornadas de Investigación, Universidad Pontificia Bolivariana — Colciencias.
  • 2002, primer puesto Concurso Público de Méritos 200 años, Universidad de Antioquia, facultad de comunicaciones.
  • 2003, Premio Vida- Investigación Ambiental, Corantioquia- IDEA.
  • 2003, Beca Doctoral, Fundación Carolina, Universidad de Antioquia.
  • 2006, Tesina con Matrícula de Honor, Universidad de Barcelona.
  • 2010, primer puesto, Concurso de Fotografía Documental "Los trabajos y los días", Escuela Nacional Sindical - OIT (Organización Internacional del Trabajo).
  • 2014, Estímulo a la Creación - Realización de Documental con Trayectoria, Alcaldía de Medellín.
  • 2014, Universidad Pontificia Bolivariana, Talento Bolivariano en el campo cultural.
La filosofía asumida por Alejandro que impregnó su trabajo fue El Buen Vivir, concepto que hace referencia a ideales y prácticas de la economía solidaria, soberanía alimentaria, derechos de la naturaleza, protección de la biodiversidad, defensa del territorio, comunicación espiritual, resolución de conflictos y convivencia ciudadana en las diferencias culturales.

Frase
Alejandro, hijo. He tratado de darle vida a tu muerte, y a mi tristeza por tu ausencia, un sentido. El proyecto "archivo audiovisual del maestro Alejandro Cock Peláez, fuente de memoria académica, científica y cultural", es el mejor regalo que puedo hacerte, para que vivas en la memoria de docentes, alumnado, lectores, fotógrafos y realizadores, quienes tendrán la posibilidad de acercarse a tu sentir, a tus sueños y reflexiones, a tu alma sensible, comprometido y visionaria.

¿A qué edad inició Alejandro con su carrera audiovisual, su enfoque social, cultural y académico?
Alejandro nació y se crió en un entorno académico con una mamá y un padrastro docentes -investigadores de la Universidad de Antioquia. Nos acompañó siempre a los trabajos de campo y comunitarios con nuestras investigaciones. Desde los 16 años tenemos registros fotográficos de él, sus viajes e intereses ambientales, sociales y culturales, lo que lo llevó a la búsqueda de información académica y herramientas para transformar situaciones desiguales, injustas y violatorios de derechos (de la tierra, poblaciones indígenas, negras, campesinas), para lo cual se formó en bellas artes, publicidad, comunicación social y periodismo, especialización en educación ambiental, Dive Master en buceo, especialista en cooperación internacional para proyectos de desarrollo social, Doctorado sobre los nuevos discursos del documental contemporáneo y un posgrado en montaje documental.

Por su sensibilidad social, ambiental, compromiso con el cambio social, cultural y político, hicieron del trabajo de Alejandro pionero en narrar las historias de quienes no tienen voz, lo que le llevó a ganarse el título del "fotógrafo de la ruralidad ".

La síntesis de su formación y especialización de su mirada para narrar y captar realidades, lo unificó con la filosofía del buen vivir, de los pueblos indígenas, que ofrece horizontes amplios para que la humanidad salga de la crisis actual, se conecte con su ser, con la pacha mama, le de sentido a la vida individual y colectiva. Alejandro los puso de cara con esta conexión profunda con la esperanza de aportar experiencias para tener sociedades más armónicas, equitativas y en paz.

Motivación, justificación o pertenencia y resultado final esperado como producto de la beca (descripción del impacto y proyección) ¿ para qué y para quién se quiere preservar?.

Reconocer en Alejandro un ser amoroso como hijo, padre, hermano y amigo. De profesión y oficio fotógrafo y documentalista, un docente que nos dejó un legado en sus escritos, investigaciones, imágenes y en su manera de asumir la vida, la enfermedad y la muerte con honestidad, humildad y valentía. Un gran ejemplo a seguir por las nuevas generaciones, un ser humano que hizo realidad sus sueños.

¿Para qué y para quienés se quiere preservar?
Para las actuales y futuras generaciones. Un ser íntegro, honrado, humilde con su conocimiento, feliz de vivir, compasivo, empático con la humanidad y el entorno que nos acoge, nuestro único y pequeño hogar, nuestro bello planeta azul. Un joven que se ganó tempranamente el título de MAESTRO, un modelo a seguir por su coherencia entre ser pensar y actuar, cualidades inspiradoras en un momento de crisis de valores.

¿Qué universidades están esperando parte de archivo para sus procesos académicos y científicos?
La Universidad de Antioquia en sus facultades: comunicación y el área audiovisual en donde Alejandro fue docente investigador de tiempo completo, durante varios años. En la facultad de artes, antropología, sociología e historia.

En la Universidad Pontificia Bolivariana, en la carrera de comunicación social y periodismo, de la cual fue egresado y reconocido como "Talento Bolivariano", en el campo Cultural año 2014, también el interés ha sido manifestado, por la Maestría en Audiovisual.

La Universidad Nacional - Bogotá, con su escuela de cine, en donde Alejandro fue profesor invitado, manifiesta interés en sus documentales, sus fotografías y libros.

La Universidad del Valle manifiesta su interés, en tener acceso a los archivos de Alejandro, como herramientas pedagógicas, para su pregrado y posgrado, en donde fue profesor invitado con el tema "Narrativas audiovisuales ".

El ITM de Medellín, con su programa académico de cine, ya había invitado a una exposición de fotografía y documentales, más la presentación del libro.

In Memoriam - Alejandro Cock Peláez. Agosto 2019


Mi hijo Alejandro se despidió de la vida y emprendió vuelo hacia la eternidad el 1 de mayo del 2015, a la edad de 40 años.

Fue un soñador de mundos, imágenes, paisajes, formas de relacionarnos, de narrar.

Se reconocía como un "convencido de que el mundo es un lugar lleno de historias para vivir y contar, un lugar donde las experiencias de otros pueden ayudarnos a entendernos a nosotros mismos". Su cámara era la extensión de su alma, el puente entre el asombro de la mirada y la magia del vuelo de un pájaro, la sonrisa de un niño, las manos curtidas por el sol y el trabajo de un campesino, la belleza ofrecida por las profundidades del mar, las ausencias en territorios y paisajes desolados por la codicia
humana generadora de desplazamiento y dolor. Con igual intensidad, dedicación y asombro, destacó la abundancia de amor desbordado en la solidaridad humana entre los desposeídos y en los límites y las fronteras de la incertidumbre social.

Su pasión por documentar en imágenes la vida lo llevó a una alquimia muy interesante y centro de su hacer profesional. Una vez superado el dominio de la técnica, pasó a interrogarse por el lenguaje que le permitiera explorar lo verdaderamente esencial de este arte, poniendo a prueba sus habilidades, experiencias, intereses y saberes; viviendo su propio proceso de cambios y transformaciones personales a través del descubrimiento de nuevas formas de ver e interpretar la vida.

En este libro, Retóricas del cine de no ficción en la era de la posverdad, quedan plasmadas sus búsquedas intelectuales y existenciales, con una propuesta reflexiva y pedagógica alternativa.
Viajero incansable, acompañado siempre por su cámara, que era su bitácora de vida, realizó uno de sus sueños trabajando para National Geographic: vivir en varios países, lo cual le amplió su espectro visual y cultural en función de la comunicación y la expresión visual.

Traslado luego su pasión a las aulas universitarias, y fue uno de los fundadores del programa de Comunicación Audiovisual y Multimedial en la Universidad de Antioquia, que acaba de cumplir 15 años. El regalo de Alejandro fue dejar un texto fundante, con las bases filosóficas, epistemológicas, etnográficas y sociológicas que hacen que el oficio del documentalista se encuentre en el cruce y centro de muchos saberes.

En memoria de mi hijo Alejo. Alejo, hijo amado, me preguntaste en alguna oportunidad si te ayudaría a llegar al final. Yo te respondí que sí, que para todos tus proyectos y necesidades podrías contar conmigo. Te acompañé a publicar tu libro, leí el borrador contigo y luego en el trabajo editorial. Discutí los contenidos en largas y enriquecedoras horas contigo. He tratado de darle vida a tu muerte, y a mi tristeza por tu ausencia, un sentido. Este libro es el mejor regalo para que vivas en la memoria de tu hijo, familia, amigos, docentes, alumnos y lectores, quienes tendrán la posibilidad de acercase a tu sentir, a tus sueños y reflexiones, a tu alma sensible, comprometida y visionaria.

Margarita Peláez, abril del 2019

Nuestras Historias - Alejandro Cock Peláez


septiembre 23, 2021

Entre los limites y las rupturas

Conversatorio llevado a acabo en el lanzamiento del libro: Retóricas del cine de no ficción en la era de la post verdad de Alejandro Cock Peláez.

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