Por Margarita Peláez Mejía
Alejandro nació en Medellín y se recreó y creció en la finca familiar Montevivo en Santa Elena. Fue un documentalista, fotógrafo, investigador, educador ambiental, soñador de un país en paz, amante de la cultura y expresiones culturales populares. Encontró la belleza en el diario vivir de los habitantes de la urbe, sus trabajos, creatividad para sobrevivir y llevar la esperanza en los límites de las violencias y pobrezas.
El valor histórico de sus colecciones está dado por:
· Inventario de fauna y flora de Santa Elena que nos dio a conocer la riqueza ambiental en aguas y recursos para la ciudad de Medellín. Investigación ganadora del premio Vida – IDEA, 2003.
· Recuperación del conocimiento ancestral y comunitario rural sobre plantas medicinales, comestibles, mágicas y decorativas.
· La importancia de preservar los bosques nativos y el impulso de las Reservas Naturales de la sociedad civil, siendo Montevivo la primera en la región e impulsada por Alejandro, como un compromiso de la sociedad civil, en apoyo a las políticas de conservación del Estado.
· Siguió y registró con su cámara el sentir, manifestaciones, conferencias y encuentros por lograr la paz en el país, su última cámara registró y acompañó las conversaciones de paz en La Habana que culminó con la película “El silencio de los fusiles”. Él no pudo verla, su enfermedad y muerte prematura lo impidieron.
· Historias de gente común que han logrado sus sueños y llenado de alegría la ciudad son registradas por Alejandro en “El sueño del maestro”, orquesta de gran formato que estuvo en los grandes escenarios nacionales e internacionales. El documental sobre el ciclista Santiago Botero, retoma un deportista con disciplina y un perfil que da cuenta de un hombre referente, para una generación que sólo tenía a los violentos como modelo a seguir.
· En “Basuras, las huellas que dejamos”, es la pedagogía a través de un reciclador, gran maestro, que nos lleva por el ciclo de la producción, el consumismo, la acumulación y contaminación que dejamos como huella en el planeta, dándonos elementos sobre cómo reciclar desde la casa. Se adelantó a su época.
· El metro, metro cable, los alumbrados, la arquitectura y fiestas de la ciudad, captan la alegría de un pueblo, al que la guerra no ha podido borrar su deseo de ser mejor y habitar la ciudad de las flores, equidad, inclusión y alegría para ser vivida por todas y todos.
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