Por: Margarita María Peláez Mejía.
Cada año vivido y recuerdo extraído de mi memoria cuentan mi historia, lo que siento, mis sueños, proyectos y realizaciones.
La gente que me apasiona y sobretodo las mujeres que admiro, son arriesgadas, luchadoras, asumen retos que incluso las pone en el riesgo de perder la vida. Creo que una vida monótona, tranquila, sin cambios y vivida convencional y tradicionalmente, no ofrece tema para la ficción.
Preámbulo.
Me voy a referir a un personaje nacional, es abogada, exdiputada y excongresista, Piedad Córdoba, su trabajo se ha centrado en la defensa de los derechos de las mujeres, minorías étnicas y raciales, la defensa de los derechos humanos y La Paz. Piedad Córdoba, fue inhabilitada por el procurador Alejandro Ordóñez en 2010, en el 2016 el Consejo de Estado retiró la inhabilidad por falta de pruebas. En el 2009, el Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel, la candidatizó a este reconocimiento.
Me devuelvo en el tiempo, en 1999 fue secuestrada Piedad por el paramilitar Carlos Castaño, cuando fue liberada, se vio obligada a salir al exilio con su familia.
Aquí inicia esta historia.
Era una noche normal y me disponía a acostarme después de una jornada laboral como docente de la Universidad de Antioquia, cuando sonó el teléfono, era la senadora Piedad, a quien conocía como una figura política de la vida nacional bastante polémica, amada por muchos y odiada por otros tantos. Me sorprendió su llamada y todavía más por la hora; me dijo que la disculpara, que se encontraba en el aeropuerto El Dorado, vía al exilio acompañada de toda su familia y me quería pedir un favor. Yo no salía de mi asombro. ¿Por qué me contaba esto? y en momentos tan difíciles, ¿acudir a una desconocida? Ella continúa diciendo que el motivo de comunicarse conmigo, era que al día siguiente se reunirían en una gran concentración, las mujeres de base del partido liberal del departamento del Atlántico; ella era la ponente central y no podía ir, me pedía que la reemplazara.
Le respondí: Doctora, ¿usted no estará equivocada de persona? no soy política, trabajo como docente en la Universidad de Antioquia, por lo tanto, no puedo abandonar mi trabajo. Ella continúa: Margarita, yo la conozco por su trabajo por la defensa de los Derechos de las Mujeres, usted fue la fundadora del Centro Interdisciplinario de Estudios en Género de la Universidad y fundadora y primera Secretaria de las Mujeres en el Departamento de Antioquia y en el país. Usted conoce la situación y condición de las mujeres. Además, puede estar tranquila, ya hablé con el rector, aprobó que me apoyara en su persona y lo considero una deferencia con la Universidad de Antioquía. Le respondí: ¿sería para leer su discurso? Me respondió: no, usted dice lo que cree, lo que viene trabajando con las mujeres de Antioquía y sus propuestas de empoderamiento, liderazgo y fortalecimiento organizativo. Respondí asustada: Doctora, creo que no estoy preparada para hablar en plaza pública, sólo he tenido experiencia en aula de clase con 40 estudiantes o participado en seminarios en recintos cerrados y con poca gente. Escuché que la llamaron a abordar, me dio las gracias y se despidió. A los 10 minutos me llamó la secretaria de rectoría a decirme que tenía listos los tiquetes aéreos y el conductor de la universidad me llevaría al aeropuerto a las ocho de la mañana, además me dice que el rector me agradece la colaboración a esta Senadora que siempre ha estado atenta a las necesidades de la universidad pública y particularmente de la UdeA.
A la mañana siguiente me embarqué rumbo a Barranquilla sin saber qué diría, tenía anticipado el pánico escénico al sentir que pasaba de la casa a la plaza pública. Llegué y me esperaban con banderas rojas las integrantes del comité departamental del partido liberal, nos trasladamos al lugar del evento en donde ya había muchas delegaciones con pancartas con los nombres de los municipios allí presentes. Me dijeron que habían llegado más de 3000 mujeres de los municipios del Atlántico.
El ambiente era festivo, la plaza llena de banderas que se movían danzando con el viento, se unían al compás del clima caluroso y emocional, a la música caribeña, a las consignas y a los vestidos coloridos de las asistentes. Olvidé los partidos políticos, las ideologías, miré a los ojos de algunas mujeres, até y uní los hilos conductores de nuestras historias de violencias y visualicé la colcha de retazos hermosos de nuestro territorio. Sentí que debía dar un testimonio y un reconocimiento a la memoria de nuestras ancestras, reivindicar a las víctimas, evitar que se repita la historia circular de odios eternos en nuestro país, borrar las trincheras y las tristezas que no nos permiten compartir nuestras memorias, poder trascenderlas y sanarlas.
Ya terminando mi intervención de una hora (no me lo creía), retomé un cántico y consigna de la Ruta Pacífica de las Mujeres, pedí tomarnos de las manos para invocar, lo que para nosotras es casi un mantra "Por un hogar, un país y un planeta libre de miedos, guerras y violencias”. Sentí los aplausos y salí como de un sueño que me volvió a la realidad de estar en una plaza pública aplaudida por miles de mujeres, se me llenaron los ojos de lágrimas y no me creía lo que estaba sucediendo. Agradecí y se concluyó el evento con otras intervenciones cortas, para cerrar con éxito.
A los dos meses, fui invitada por la Gobernación del Atlántico y la Alcaldía de Barranquilla a capacitar al personal que daría inicio a la Secretaria de las Mujeres de ese departamento, cumpliendo el sueño de Piedad Córdoba y yo, entendiendo cómo desde dos perspectivas diferentes (la política partidaria y la académica), estábamos apostando a un mismo objetivo, la igualdad en derechos y oportunidades para las mujeres de todo el país.
Que bien Margarita. No sabía esa historia. Gracias y te felicito. A Piedad la admiré y la oí también en España en época tan difícil como la que vivíamos. Me emocionó la fuerza, contundencia y denuncia que Piedad hacía sobre la situación del país y la indolencia de sus gobernantes. Gracias de nuevo. Te amo 😘
ResponderEliminarHermoso testimonio Margarita. Testimonio de que más allá de coincidencias o no,ideológicas o políticas, está la humanidad que nos habita y define.Cuando nos sintonizamos desde esa raíz todo fluye en armonía. Es esa armonía humanizadora oculta la que estuvo detrás de la intuición de Piedad al escoger te.
ResponderEliminarGracias Margarita por la sororidad con Piedad en ese momento, y la decisión de acompañar a otras mujeres en su formación política.
ResponderEliminarGracias Margara. Admiración a su talento y coraje.
ResponderEliminarPiedad una mujer valiente y coherente con sus principios,gran defensora de los Derechos Humanos.
ResponderEliminarGracias Margarita por tan hermoso testimonio de tu experiencia con Piedad Córdoba. Una mujer con gran liderazgo por la igualdad de género, los derechos humanos y la paz.
ResponderEliminarQEPD