¿Podría un milagro más grande tener lugar en
Nosotros para mirar a través de los ojos de otros
por un instante?
Henry David Thoreau
Las palabras sanan... Las palabras dirigidas con amor abrazan.
Vivimos en un medio que no nombra las discriminaciones, las apariencias, las omnipotencias, las competencias, las violencias diversas de la palabra, el gesto, la omisión e invisibilizacion que se presenta siempre por encima de las conexiones humanas y afectivas más simples, como las que se dan en la relación médico-paciente.
Si en alguien debemos confiar nuestro cuerpo, sus emociones y debilidades, es en nuestros médicos. Verdadera admiración y reconocimiento a un saber que tiene como misión " aliviar, acompañar y sanar el dolor ajeno".
No hay que temerle el conflicto, hay que agradecerlo y verlo como una oportunidad de mejorar en lo individual y colectivamente, esto es a lo que me voy a referir en la presente reflexión.
Ojalá el sanar no se hubiera convertido en un negocio y sólo a él se acercaran los que por vocación aman este que hacer. Hay una gran diferencia ética entre el médico por elección y el médico por opción del mercado y el ascenso social.
La Comunicación Como Acto Médico.
Para sanar es básico tener una comunicación fluida y sincera con el médico tratante, para que las necesidades del paciente sean satisfechas.
- A quién preguntar si tu médico es distante, mantiene prisa y te pone poco interés?
- Otra premisa clave es sentirte cómodo y confiado con tu médico, si no se puede comunicar, si no hay confianza, si no hay tiempo para escuchar, si sólo él tiene la palabra, dónde quedaron mis necesidades, dolores y miedos??, quién los tendrá en cuenta al tomar las decisiones que me afectarán profundamente, sin contar conmigo??.
- Mi médico al hablar tiene una perspectiva de género y generacional??
- Me ha preguntado cuánto quiero saber de mi enfermedad?
- El médico debe ser consciente del estado emocional del paciente. Alguna vez preguntó si tenía miedo?, cuáles eran mis temores y mis dudas?.
- Nunca nos dio un número telefónico donde contactarlo, siendo el médico tratante.
- No nos citó a consulta, para saber qué procedimiento seguía, tuvimos que presentarnos a su consulta, intermediar con otros médicos, para que el médico tratante, nos incluyera en su agenda.
- Al no establecer canales de comunicación deja "sueltos" a los pacientes, generando una tensión extra a la derivada de la enfermedad.
- Nos dejó esperándolo 5 horas, solo para firmar una orden médica que necesitaba tramitarse ante SURA.
- Al solicitársele una orden psicológica derivada del estado emocional en que dejó al paciente por demasiada información, desconociendo el estado emocional del paciente, la respuesta fue que se iba de vacaciones y que la debimos haber pedido con mucha anticipación. La urgencia era de ese momento, no podríamos anticipar lo que iba ocurrir con la información desafortunada como fue transmitida.
En las pocas revisiones "mecánicas" que le hizo a Tomas, no establece relación afectiva, no pregunta cómo te sientes?, qué te duele?.
La empatía en la relación médico paciente es una forma de conocimiento y aproximación al otro. Es un valor y una habilidad en el arte de sanar. Como decía UNAMUNO "hay que estar con el enfermo sin ser el enfermo". La actitud empática del médico, lo obliga a ponerse en los zapatos de su paciente, un niño de 15 años, esto le hubiese permitido imaginar qué sentiría al decirle desde la primera consulta, sin ningún examen, biopsia u otra herramienta diagnostica:
- Tiene cáncer.
- Va a perder el pulmón.
- Le vamos a sacar 3 a 4 costillas.
- Hay peligro de morir. Entre mucha otra información sobre quimio y radio que aún no asimilamos.
En síntesis, la escucha activa no ha existido con Ud. doctor. Es prepotente, compite con sus colegas, se resiente con pacientes que tienen conocimiento y el mayor interés es mostrar este caso tan interesante en congresos internacionales.
Digo como abuela que ha estado presente en todo el proceso, que no hubo escucha activa, al no aplicar la regla de las 3 C:
- Comunicación.
- Comprensión.
- Confianza.
Como cualidades del médico, esperaríamos: vocación, escucha activa, comprensión, capacidad de ayuda, respeto humano. Cualidades todas que encontramos en el equipo de salud, médicos liderados por el doctor Alejandro Ramirez, personal de enfermería, de fisioterapia y una excelente atención en la clínica.
Como pacientes, debemos ser pacientes y creo que lo hemos sido durante más de dos meses, pero entendiendo que hay deberes y derechos, me motivé a escribir este testimonio, con el ánimo de mejorar, corregir y humanizar el servicio.
HOY TOMAS ESTÁ COMPLETAMENTE SANO
Con sentimientos de agradecimiento.
Margarita María Peláez Mejía
Abuela del paciente.
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